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La Asamblea abre una investigación a dos albergues y un poblado chabolista

José Manuel Romero

La comisión de derechos humanos ha abierto una investigación para saber si se producen agresiones a chabolistas, inmigrantes e indigentes en distintos lugares de la región. Se trata de la primera iniciativa de este tipo que el parlamento madrileño aprueba en esta legislatura. Los albergues madrileños y el poblado chabolista de Boadilla del Monte serán los principales objetivos de las pesquisas parlamentarias.

La denuncia que ha ocasionado la investigación parlamentaria sobre los albergues llegó el 28 de septiembre. La Asociación de Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) acusó a los albergues religiosos de San Martín de Porres y San Juan de Dios de denegar y restringir el acceso de magrebíes a sus instalaciones. Según Antonio Hueso, trabajador de ATIME, esta situación se repite desde hace dos años. Cuando se llena el albergue municipal de San Isidro y los magrebíes recurren a las dos entidades privadas, reciben a menudo la negativa con la excusa de que se trata de centros para españoles, según Hueso. Ninguna otra asociación de inmigrantes confirmó la denuncia de ATIME. Por su parte, los responsables de los dos albergues desmintieron en septiembre que existiera un veto a este colectivo. En San Juan de Dios reconocieron que se establecía una limitación de siete días para la estancia de inmigrantes: "Es un refugio para españoles. Si empezamos a acoger sin tope de días a los inmigrantes, iría en detrimento de nuestros usuarios habituales, personas muy desprotegidas que se quedarían en la calle". En San Martín de Porres también negaron que se impidiera la entrada de extranjeros. La diputada Eulalia García, del PSOE, ha solicitado la comparecencia de denunciantes y denunciados para aclarar lo ocurrido.

Rodeados de basura

De los albergues privados de la capital, los parlamentarios madrileños pasarán al poblado chabolista Pozo del Agua, en Boadilla del Monte (18.000 habitantes). Malviven aquí mil inmigrantes magrebíes que habitan cerca de 400 chamizos insalubres. Es el barrio de chabolas más grande de la región. Sus vecinos se abastecen de un pozo con agua no apta para el consumo; les rodean ratas, culebras y mucha basura; el fuego, a veces, se ceba con sus propiedades (el 26 de octubre pasado, un incendio abrasó siete chabolas); se ganan la vida vendiendo hachís; la policía les acosa (la Guardia Civil derribó en septiembre siete chabolas-bar de magrebíes). El Ayuntamiento de Boadilla ha pedido ayuda a la Comunidad para la integración de estas personas. García intenta buscar salidas a este problema en la Comisión de Derechos Humanos. "Creemos que está claro que se están conculcando los más elementales derechos humanos a la salud y a la vivienda; para resolver este problema pedimos la investigación", declaró en la Asamblea.

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