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Arturo Pérez-Reverte bucea en el Siglo de Oro para novelar sobre "la memoria que se nos niega"

"El capitán Alatriste", su última obra, abre una serie de seis libros sobre la época

Arturo Pérez-Reverte cree que "muchos jóvenes españoles conocen mejor la historia de Estados Unidos que la de su país, porque una gran parte de nuestra memoria ha sido sometida a un proceso de negación, y eso nos condena a ser huérfanos sin pasado". Para ayudar a reparar esa pérdida, el novelista de más éxito del país ha buceado en el Siglo de Oro -junto a su hija Carlota, que le ha ayudado en la documentación- y en esa época "magnífica y corrupta" ha situado su última novela, El capitán Alatriste (Alfaguara), que inicia una serie que formarán seis obras.

"El capitán Alatriste empezó siendo un divertimento", afirmó ayer Arturo Pérez-Reverte en Madrid ante unos cincuenta periodistas. "Iba a ser una obrita de 70 páginas pero, a medida que me fui metiendo en el siglo XVII, el libro fue creciendo. Releí a Lope, a Quevedo, a Calderón, y según leía más me parecía que hablaban de la España de ahora. Todo lo que pasa hoy estaba entonces allí. La corrupción, el poder de los validos, los fueros... "El autor de El capitán Alatriste -"libro adulto que pueden leer los jóvenes"- explicó que la decisión de acometer "una especie de episodios nacionales que cubran el reinado de Felipe IV" (1621-1665) obedece a que le parecía obligado "recuperar sin alharacas un siglo que no es ni tan abyecto como se dice ahora ni tan maravilloso como se decía durante el franquismo".La novela -cuyo título hace referencia al escritor mexicano Sealtiel Alatriste, director de Alfaguara México- se remonta a los años 20 del siglo XVII a través de los ojos de un adolescente vasco, Íñigo Balboa, que, tras la muerte de su padre en Flandes, llega a Madrid para vivir junto a Alatriste, soldado retirado al que Reverte define como "un espadachín a sueldo, un tipo más bien amoral, muy español en sus defectos y virtudes".

Reverte, que dijo comprender mejor de dónde venimos" y sentir "menos vergüenza de ser español" después de haber visitado a los clásicos, calificó la novela como su "primer libro transitivo", y lo explicó con el lenguaje accesible que caracteriza toda su obra: "Siempre he dicho que escribía por mi propio placer, pero esta vez he escrito también para los demás, con intención didáctica, porque me parece bueno que esos jóvenes que llevan la gorra al revés y creen que el mundo es Estados Unidos sepan más de su pasado. Dicho sin ningún patrioterismo, es una cabronada que no sepan más. Y la culpa, es de los políticos, que se empeñan en rebajar la cultura a su nivel".

Reverte afirmó que la novela -que ha sido ilustrada por Carlos Puerta- es un homenaje a sus lecturas infantiles de Alejandro Dumas, explicó que ha tratado de ser "muy minucioso con el lenguaje y los detalles técnicos", y reveló que los próximos libros de la serie los escribirá "en un mes, a uno por año". Después justificó el hecho de que su hija Carlota comparta la firma de la novela con él: "Fue una gran ayuda para la preparación. Iba al Prado a ver trajes, buscaba grabados, estudiaba con lupa el plano antiguo de Madrid... Y en cuanto a la escritura, es para mí el contraste perfecto de los puntos de vista de Íñigo Balboa". El editor, Juan Cruz, anunció que la tirada inicial de 150.000 ejemplares se ha agotado en una semana.

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