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Cortés: "La mejor política cultural es una política educativa"

Miguel Ángel Cortés, secretario de Estado de Cultura, y Salvador Clotas, responsable de la política cultural PSOE, se enfrentaron ayer en un curso sobre La cultura en la transición española, que dirige Jaiver Tusell en San Lorenzo de El Escorial. A la luz de lo dicho por Cortés, parece que el PP anda fijando los lindes en el vasto terreno cultural labrado o removido por el PSOE.

Cortés aseguró que la mejor política cultural es una política educativa", a lo que Clotas repuso que se ha quitado importancia a la cultura y que si ya es difícil convencer a Hacienda en el Consejo de Ministros, parece casi imposible hacerlo sin estar presente en él. El dirigente popular replicó que la cultura es una línea vital para todo el gabinete, como lo demuestra el hecho de que fuera el propio presidente del Gobierno el que anunciara el traslado del museo del Ejército al Alcázar de Toledo, para ampliar el Prado (ver EL PAÍS de ayer). "Se trata de un acuerdo parlamentario de la pasada legislatura que el Gobierno ha desarrollado", dijo, "para lo que ha tenido que buscar las ubicaciones precisas".

Estabilidad

Hizo también el secretario de Estado un anuncio en el mismo sentido de tratar de esclarecer el papel del Estado en la política cultural: el PP va a proponer un acuerdo a todos los partidos para que una comisión de expertos estudie qué hacer con los bienes de titularidad estatal que gestionan los gobiernos autonómicos. "Sea quien sea quien gobierne en el Estado o en las autonomías, hace falta fijar los criterios de estabilidad que requiere algo tan esencial como el patrimonio cultural español".Cortés, sin embargo, se centró mucho más en analizar el pasado que en sentar las bases de una actuación que Clotas aún no ve por ningún lado. Criticó, por ejemplo, el bajísimo nivel cultural de la televisión estatal y lo que denominó como política "profundamente estatista" del PSOE durante su Gobierno. El representante socialista dijo que no podía compartir muchos de los nombramientos en el área cultural, ya que se había sustituido a personas de probada y ejemplar trayectoria profesional por otras "de menor nivel". Rechazó también el calificativo de "estatista", porque si hay algún campo en el que el Estado tiene que intervenir sea de la forma que sea es en la cultura. Por lo demás, ambas formaciones mantuvieron sus posturas conocidas: el PSOE subrayando el avance de la cultura durante su mandato y el PP matizando que ya se había producido en la época de UCD, como observó con astucia el crítico literario Santos Sanz Villanueva.

Desarrollar la ley de fundaciones y de incentivos fiscales, potenciar los referentes culturales en la enseñanza y promocionar la cultura española general dentro de las comunidades autónomas, son otras medidas apuntadas en el rompecabezas de la política cultural del PP que Cortés trata pacientemente de recomponer.

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