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Francia vuelve a ser la 'bestia negra'

La expulsión de Duishebáiev a dos minutos del final, decisiva para la derrota de España

Leontxo García

Las derrotas ante Francia ya duran un cuatrienio, tras 17 años de victorias. España jugó mal ayer pero exhibió la virtud de no desfallecer ante los campeones del mundo, ni siquiera con una desventaja de cinco goles. La desgracia llegó a dos minutos del final, con ventaja de un gol para Francia: penalti en contra, exclusión de Lozano y tarjeta roja para Duishebáiev. España debe ganar hoy a Alemania para optar a medalla."Los franceses se muestran muy chulos por los éxitos de los últimos años. Estamos especialmente mentalizados para ganarles". Ese era el estado de ánimo colectivo de los los españoles poco antes de viajar a Atlanta. El partido de ayer comenzó como se esperaba: errores por ambos bandos, mucha fogosidad de los españoles, y alto nivel técnico de sus rivales, que casi disponen de dos jugadores sólidos en cada puesto. Richardsón también confirmó que es un valladar en la defensa y puede volver locos a los adversarios con su poderío de piernas en el ataque.

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La formidable actuación de Fort bajo los palos y la magistral dirección de Duishebáiev permitieron, que España mantuviera el tipo durante los primeros 25 minutos de la primera mitad, hasta que Francia logró el 6-8 gracias a sus mortíferos contraataques. Pero antes ya se había visto el indicio de lo que iba a ser el factor clave del partido: los españoles tenían tantas ganas de vencer a su bestia negra que caían como aprendices en la provocación; especialmente el artillero Garralda, excluido dos veces y sustituido por Urdangarín para evitar que su fogosidad degenerase en una expulsión.

El entrenador francés, Daniel Constantini, tuvo el acierto de plantear un marcaje directo al inicio de la segunda parte de Richardson sobre Duishebáiev. El duelo entre los dos talentos fue favorable a los galos, cuyo portero, Martini volvió a demostrar que se crece ante España. Cuando Francia llevó su ventaja hasta los cinco tantos, Juan ole Dios Román optó por el desparpajo y la agresividad del joven Lozano. La medida dio resultado: sólo un gol menos a dos minutos del final. Pero entonces ocurrió algo incomprensible: con el balón parado y a dos metros del árbitro, Duishebáiev, curtido en mil batallas, empujó a un jugador francés, que se. dejó caer con maestría. La bestia se rehizo y engulló, una vez más a su víctima preferida.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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