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Portugal y 6 ex colonias se unen para reforzar su peso internacional

Los jefes de Estado de Portugal, Brasil, Angola, Cabo Verde, Mozambique, Guinea Bissau y Santo Tomé y Príncipe formalizaron ayer en Lisboa la creación de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), viejo proyecto que la diplomacia lisboeta ha conseguido sacar adelante tras vencer las resistencias de Brasil. A partir de una lengua y cultura comunes, la comunidad lusófona pretende desarrollar sus vínculos políticos, diplomáticos, económicos y culturales. Pero, sobre todo, pretende reforzar su peso e influencia en una escena internacional cada vez más anglohablante. La comunidad lusófona nace a imagen y semejanza de la Commonwealth británica y las asociaciones francófonas.El anfitrión de la reunión constitutiva de la CPLP, el presidente de Portugal, Jorge Sampaio, afirmó: "El mundo multipolar en que nos encontramos vive de la afirmación de grandes conjuntos no sólo económicos y militares, sino también lingüísticos y culturales" que deben potenciarse. "Somos", añadió Sampaio, "200 millones de seres humanos dispersos por varios continentes. Hablamos una lengua en la que se expresan culturas muy variadas y ricas por todo el mundo. Todos estamos inmersos en organizaciones supranacionales y regionales poderosas y diversificadas. A partir de la constitución de la comunidad todo esto será potenciado, enriquecido y valorado. Nuestro peso en las organizaciones que ya integrarnos saldrá reforzado".

El primer ministro portugués, Antonio Guterres, insistió en que la comunidad reforzará la identidad y el peso de los países lusófonos en la escena internacional y servirá "para definir una estrategia global conjunta". Guterres anunció la propuesta de solicitar "una reforma de las Naciones Unidas para avanzar en la línea de democratización y eficacia" de esa comunidad internacional, que debe intensificar sus esfuerzos para velar por los derechos; humanos y la paz.

Cooperación

El ministro de Asuntos Exteriores, Jaime Gama, explicó que la lengua común "es condición necesaria pero no suficiente de la garantía del éxito de la comunidad", cuyos objetivos serán "el refuerzo de los vínculos político-diplomáticos en las organizaciones internacionales, la afirmación de los siete [países lusófonos] en la vida internacional y el impulso de programas de cooperación en áreas específicas -jurídica, técnica, científica, cultural, económica y empresarial-, objetivos que tienen que ver con la afirmación de la lengua portuguesa en el espacio lingüístico universal".Portugal presidirá la comunidad lusófona durante este primer año, mientras el secretariado ejecutivo será ejercido por el ex primer ministro de Angola, Marcelino Moco, quien ya ha recibido dos encargos prioritarios: analizar las propuestas de los observadores y asociados, especialmente el caso de Timor, y desarrollar el programa de los presupuestos de la comunidad, que este primer año será financiado exclusivamente por Portugal.

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