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Un paquete bomba estalla en la Audiencia Nacional tras burlar todos los controles

Un paquete bomba destrozó ayer tres dedos de la mano derecha del magistrado de la Audiencia Nacional José Antonio Jiménez Alfaro, presidente de la Sección Segunda de lo Penal y uno de los magistrados más veteranos del alto tribunal. Los terroristas lograron burlar todos los sistemas de seguridad y colaron un paquete bomba disimulado en un libro. El atentado causó estupor e indignación entre los jueces, fiscales y fincionarios de la Audiencia, quienes recientemente se habían dirigido al Ministerio del Interior en demanda de mayores medidas de seguridad. Los responsables antiterroristas se inclinaban ayer por no atribuir el atentado a ETA.

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Ni los investigadores ni los responsables políticos de las fuerzas de seguridad lograron explicar en qué consistió el fallo que permitió el atentado de ayer. De hecho, el escáner de seguridad de la Audiencia Nacional funcionó sin fallos unas horas más tarde, cuando se probó con unas pilas similares a las que llevaba el ingenio explosivo. Mayor Oreja anunció que se depurarán responsabilidades por los fallos de los sistemas de seguridad, y desde Bonn, donde se encontraba ayer en viaje oficial, el presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó que como responsable político y ciudadano se preguntaba cómo había podido entrar un paquete bomba en un recinto que, teóricamente, cuenta con los mayores dispositivos de seguridad. La explosión se produjo sobre las 11.20. El artefacto, compuesto por 100 gramos de Goma 2 conectados a unas pilas eléctricas, estaba disimulado en un libro titulado El escorpión de la corte, cuyo interior había sido vaciado para introducir el explosivo. Jiménez Alfaro sujetó el paquete con la mano izquierda y lo abrió con la derecha hacia afuera. La explosión le amputó las primeras falanges de tres dedos y le causó pequeñas heridas en la cara, pero no le hizo perder la consciencia en ningún momento.

Entre las hipótesis que manejan los investigadores figura la posibilidad de que fuera una acción de los GRAPO o de una banda organizada de extrema derecha. El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el director de la Policía, Juan Cotino, afirmaron que el tipo de artefacto, rudimentario, no coincide con el habitual de ETA. Páginas 17 y 18 Editorial en la página 12

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