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España quiere controlar la aplicación del plan británico para erradicar las 'vacas locas'

El sí español al levantamiento parcial del embargo al que están sometidas las exportaciones de carne de vacuno británico va acompañado por un gran pero. España, como otros países de la Unión Europea, ve con buenos ojos el plan de erradicación (UE) de las vacas locas que ayer presentaron en Madrid los ministros británicos de Exteriores, Malcolm Rifkind, y de Agricultura, Douglas Hogg, pero quiere controlar su aplicación. Ahí está el principal desacuerdo a pesar del cual los huéspedes confían en la superar los últimos escollos en la próxima cumbre europea de Florencia.

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Ante la prensa todo fueron buenas palabras. Los ministros del Reino Unido se felicitaron de que "esté en auge el sentimiento a lo largo y ancho de Europa de que podemos lograr un acuerdo sobre esta materia (...)". Ambos llegaron a Madrid por la tarde, procedentes de París, donde se retrataron con el canciller Helmut Kohl, uno de los líderes más reacios a hacer concesiones a Londres.Sentado en el salón de baile del Palacio de Viana al lado de su colega de Agricultura, Loyola de Palacio, el titular español de Exteriores, Abel Matutes, afirmó que el plan que le habían sometido era "inteligente y constructivo".

Concretamente, Rifkind quiere llevar su plan de erradicación de la enfermedad a la reunión de ministros de Exteriores de la UE del 17 de junio y obtener su aprobación en la cumbre de líderes europeos de Florencia el 21 y 22. A medida que se vaya poniendo en práctica el embargo sería paulatinamente levantado. "Espero que la solución sea una cuestión de semanas", afirmó.

Las divergencias no conciernen tanto al plan, que ningún socio ha tenido aún tiempo de estudiar en serio, como a su aplicación. El primer ministro británico, John Major, se ha hecho más europeísta que la Comisión Europea y pretende que sea este órgano ejecutivo de la UE el que controle la introducción del plan. La Comisión ha sido hasta ahora la más favorable a la flexibilización del embargo y por eso autorizó anteayer la exportación de tres derivados del vacuno británico (sebo, semen y gelatina).

El Gobierno español desea, en cambio, que exista una especie de doble llave y que no sólo la Comisión sino el Consejo de Ministros tenga algo que decir en cómo se lleva a la práctica el famoso plan y, paralelamente, se va levantando el embargo a medida que los expertos certifican la desaparición de la encefalopatía espongiforme bovina. "Hay una gran prioridad no discutible: la salud de los consumidores", dijo Matutes. "Sobre temas de salud no hay criterios políticos que valgan".

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Para tratar de forzar a sus socios a adoptar una actitud más conciliadora, el Reino Unido lleva a cabo una política de bloqueo de la toma de decisiones en las instituciones comunitarias. "Espero que la política de no cooperación podrá darse por terminada pronto", afirmó Rifkind. "(...) ya indicamos que continuaría no hasta que se levante el embargo sino hasta que se llegue a un acuerdo". "No hemos llegado todavía a ese punto pero sí creo que se han hecho progresos".

El secretario del Foreign Office se esforzó, sin embargo, por demostrar que el boicoteo británico no era demasiado rígido. "Hay excepciones a la política de no cooperación y de hecho ya se han producido dos", señaló. El miércoles "hicimos un gesto de buena voluntad a la luz de los primeros progresos que ya se han hecho". Permitirá que se firme el acuerdo de la UE con Eslovenia.

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