_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sorpresa, sorpresa, ¿para quién?

Hoy he visto este programa del que tanto me han hablado para darme cuenta de que mi opinión es diferente. Es muy bonito que nos den sorpresas y alegrías, pero también es cruel y doloroso convertir en un espectáculo un reencuentro como el de la señora que conoció a los hijos de su hermana. La alegría también hace sufrir, y una emoción tan fuerte como ésa puede llegar a causar la muerte de una persona.También pienso que si unas personas han estado más de treinta años sin verse, no creo que salir en televisión sea motivo suficiente para un reencuentro. Una vez más, los telespectadores estamos dejando que manipulen nuestras emociones. Lloramos porque los familiares se conozcan, pero nos deja indiferentes ver cómo matan a un niño a sangre fría y lo rematan en el suelo.

Nos emocionamos al ver cómo dos personas que han discutido hacen las paces, pero nos resbala ver cómo cientos de personas se postran ante nosotros de rodillas para pedir limosna. Nos emociona que alguien conozca a su artista favorito, pero no nos importa que los jóvenes se estén matando sin sentido.

Nos gusta ver cómo en televisión ayudan a los inmigrantes, pero cuando nos los cruzamos en la calle los miramos con desprecio. Nos gusta participar en un programa que recoja fondos para un enfermo desconocido, pero vemos a nuestros propios vecinos tirados en la calle y no hacemos nada.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Estoy realmente sorprendida.-

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_