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Ciudadanos cableados

Experiencia piloto de televisión por cable en dos barrios de Barcelona

Los vecinos de la Sagrada Familia ya saben lo que es la televisión por cable. Y los de la Villa Olímpica. Dos pequeñas comunidades de unas 2.000 familias unidas por el cable, pero separadas por la operadora que lo suministra. Al barrio de la Sagrada Familia llega Cable i Televisió de Catalunya (sociedad liderada por US WEST, Enher, Caixa de Catalunya y La Vanguardia); a la villa olímpica llega Cablevisió de Barcelona (Telefónica y PRISA).La librería de la familia Solé está cuajada de aparatos, enchufes y mandos a distancia. Tres meses ha tenido, además, otro cable en la pared, y en el sofá un papelito con la lista de los 28 canales que podía ver gracias a Cable i Televisió de Catalunya.

En febrero han acabado los tres meses de prueba, que eran gratuitos. En este momento, están negociando la continuidad, previo pago acordado.

La familia Solé prácticamente ve los mismos canales que antes. Sobre su tejado cuatro parabólicas captan lo que viene del fin del mundo; para ver lo que viene de la calle Provenza tiene una cámara indiscreta en el portal. "Fuimos de los primeros de Barcelona en tener parabólica; ya hace 15 años que tenemos esta cámara en la escalera y ahora somos los pioneros del cable", puntualiza Solé con cierto orgullo.

"La cabecera la tienen ahí enfrente, encima del mercado. Miraron por los tejados y vieron que en nuestra manzana había cuatro parabólicas. Debieron pensar que éramos terreno abonado para instalar el cable".

Así fue. En la escalera de Solé se apuntaron todos al cable y en la de enfrente, también. La empresa ya ha cableado seis edificios colindantes y unos 200 hogares. El 60% ha solicitado el servicio, según datos de Cable i Televisió de Catalunya.

Acostumbrados a ver canales vía satélite, la llegada del cable no ha supuesto ninguna revolución en las familias. "No tienes que dejar que la tele te coma el tiempo. A la hora de comer no la encendemos. Y a la de cenar, tampoco. Si no, la familia no habla. Y los niños sólo la ven el fin de semana".

Carmen e Isabel, las dos hijas del matrimonio, están recluidas en sus habitaciones, acabando la tarea. "A mí me gusta el canal Viva, que es todo música", dice Carmen, de 15 años, la mayor de las dos. Es su canal preferido y el de casi todos los jóvenes de la vecindad. A su hermana Isabel, de 11 años, le priva el canal Cartoon Network, con sus 24 horas de dibujos animados. "Es en inglés, pero nos prometieron que nos lo pondrían en español", recuerda el padre.

El matrimonio se inclina por los canales de noticias. La madre, Isabel, es adicta al TV5, "así practico mi francés. Por este canal me enteré de la muerte de Mitterrand". Su marido prefiere Euronews, aunque es capaz de hacer un buen análisis de cada uno de los 28 canales que reciben: "El Euronews está muy logrado. Te ponen unas imágenes sin palabras y entiendes perfectamente la noticia. La Galavisión tiene demasiada propaganda y muchas fotonovelas".

Un kilómetro más abajo, mirando al mar, se extiende la Villa Olímpica, el barrio más moderno de Barcelona, tan moderno que el barrio ya nació con cable. No ha habido que hacer nuevos agujeros para meter la fibra óptica. Iba en el precio de la vivienda.

No perder onda

Las 1.814 viviendas del barrio recibían en perfectas condiciones 20 canales de televisión en 1992. "Lo que era una situación privilegiada, pronto dejó de serlo. Los 20 canales eran insuficientes para satisfacer a todos. Uno se quejaba de que no se recibía un canal musical, otro porque habíamos quitado uno de los dos canales alemanes, el que creíamos peor, pero que era el que le gustaba a uno de esos 1.814 propietarios. Siempre había alguna queja. Nos pusimos en contacto con Telefónica para estudiar la posibilidad de tener 41 canales, porque la instalación lo permitía". Así recuerda el proceso Josep Maria Maulini, el suprapresidente de la Villa Olímpica, el alcalde de esta enorme comunidad de vecinos.

"Nuestro punto de partida era muy diferente a lo común. Teníamos las instalaciones técnicas, una buena calidad de imagen y una amplia oferta de canales. El cambio era pasar de 20 a 40, que no es poco". Así les llegó la oferta de Cablevisión: recibir gratuitamente durante un mes 41 canales: los terrestres, los de satélite y los de Canal+, más el Canal Panorama, un canal de la comunidad, que Maulini quiere que se convierta en la plaza del pueblo, pero electrónica.

"No queremos perder onda dice Maulini. "Ya que estamos en una posición avanzada, creo que no debemos perder ese privilegio. Somos propietarios de unas modernas instalaciones, por ejemplo, aunque la mayoría de los vecinos no lo sepan, también tenemos la red telefónica RSDI".

Maulini, que ha repetido mandato en la alcaldía de la Villa para negociar la llegada del cable, está inquieto por adivinar el futuro. "El tema de las telecomunicaciones realmente me apasiona".

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