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Los sindicatos denuncian la estancia de una joven en un reformatorio masculino

La Xunta de Galicia alega que la menor viven en un módulo aparte

No hay reformatorio en Pontevedra para chicas. De ahí que una joven de quince años haya sido internada en uno masculino, lo que ha provocado la denuncia de las secciones sindicales de admnistración pública de CC OO y de la UGT. Para estas organizaciones, el centro Avelino Montero, donde ni siquiera hay servicios separados, no respeta las condiciones mínimas de intimidad y seguridad para una adolescente. La Consellería de Familia de la Xunta de Galicia ofrece una versión algo distinta. Asegura que la joven está en un módulo aparte.

El centro, el único de estas características en la provincia, funciona como un recinto de reforma de menores en régimen cerrado y atiende a una población únicamente masculina en la franja de 12 a 16 años de edad, a veces hasta los 18, que precisa su internamiento por la comisión de hechos tipificados como delitos o faltas, o bien por conducta antisocial especialmente grave.Según el responsable de la federación de administración pública de CC OO de Pontevedra, Manuel García Cendón, no existen las condiciones mínimas educativas y de seguridad requeridas para atender a una población mixta, puesto que los baños no están separados por sexos, las habitaciones están todas en el mismo pasillo, los espacios comunes son muy reducidos y no se dan las condiciones físicas indispensables para la coeducación de niñas y niños. La menor había estado ingresada en otro centro de Pontevedra -no de reforma- y luego fue trasladada a un reformatorio de la Comunidad de Madrid, del que se fugó.

La delegada provincial del departamento de la Familia de la Xunta de Galicia, Sagrario Franco, ha restado importancia a la denuncia de los sindicatos, ya que el centro de menores donde fue internada la adolescente cuenta con un módulo provisional para atenderla y el próximo año se va a construir un módulo definitivo, para lo que se ha habilitado una partida en los presupuestos de la Xunta para 1996.

La joven de quince años fue internada en el centro con carácter cautelar, ya que está a la espera de la celebración de un juicio. Sigue bajo la tutela de sus padres y está recibiendo apoyo psicológico. Según Sagrario Franco, no existe ningún problema para que se efectúe en el centro Avelino Montero la coeducación de niños de ambos sexos y así, próximamente, se producirá el ingreso de otra adolescente.

En el fondo, según reconoce la delegada de la Consejería de la Familia, lo que se produce en la actualidad es un aumento de comportamientos delictivos en chicas menores de 16 años, cuando hasta ahora era un coto vedado a los hombres. La mayoría de los centros para menores sólo es tán preparados para atender a la población masculina.

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