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El sacrificio del altar

El Supremo ordena tirar parte de una iglesia que invade dos parcelas vecinas

Es demasiado tarde para un apaño: hay que tirar alrededor de cinco metros cuadrados de la parte trasera de la iglesia de Nuestra Señora de las Fuentes, en la calle de Villa de Marín (barrio del Pilar), que invaden la propiedad de dos inmuebles vecinos, según informó Europa Press. Esto dicta la sentencia número 267, de 3 de junio de 1993, del Tribunal Supremo. El fallo ya es firme, y el arzobispado de Madrid tiene que conformarse con los hechos. "La sentencia contiene los datos necesarios para su ejecución", dice el último auto del Tribunal Supremo, de 6 de septiembre de este año.La demanda fue interpuesta por la comunidad de vecinos del número 41, situado detrás de la parroquia. "Parece el muro de Berlín", definió la pared Carlos Fernández Villasantes, de 44 años, en conversación con este periódico. "La pared de la iglesia esta tan cerca", agregó, "que nos quita muchas horas de sol. Ese edificio tiene demasiado volumen y mala orientación. Nosotros podíamos ver antes la calle, los árboles y los pájaros, pero ya no podemos disfrutar de la terraza". El vecino de la primera planta espera desde hace dos años el cumplimiento de la sentencia. Junto con su vecino de arriba, Abdón Rodríguez Doblado, de 56 años, siguió el litigio hasta el final. Los demás vecinos lo dejaron después de un año.

Los dos demandantes quieren que haya justicia. "No es mala intención contra la iglesia. Actuaríamos igual si fuese un supermercado, un colegio o lo que fuera. El hecho es que la iglesia no cumple las normas de construcción".

El párroco de Nuestra Señora de las Fuentes, Eusebio Ocaña, de 57 años, declaró que al construir la parroquia hace ya cinco años se cumplió la licencia que concedió el Ayuntamiento en ese momento: "Por eso tendrá que pagar parte de los gastos de la demolición y reconstrucción de nuestra iglesia". Los 20.000 feligreses de la parroquia se llevaron un disgusto tremendo cuando el párroco proclamó la noticia el domingo pasado desde el púlpito. La parroquia se construyó con suscripciones de los feligreses y todavía no se ha pagado del todo. Don Eusebio se lamenta de que la ejecución de la sentencia le producirá un perjuicio enorme. "En la parte de la iglesia que invade los inmuebles de los vecinos se encuentra el altar mayor. Derribar unos cinco metros del fondo como dice la sentencia significa rehacer la iglesia completamente".

No obstante, el arzobispado está dispuesto a cumplir las exigencias. Según el último auto del Supremo, en caso contrario incurriría en responsabilidad, criminal. "La sentencia del tribunal es firme y nuestra intención es acatarla por completo", dijo el portavoz del arzobispado, Fernando Navascués. "Estamos estudiando por dónde tendremos que cortar y tirar. Hay que tener en cuenta la estructura del edificio. Pero cuándo se realizará la obra y quién la va a pagar es algo incierto".

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