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Un relato de intriga a la semana Marías, Moix, Muñoz Molina, Navarro y Taibo II comparten su verano con los lectores

Javier Marías acaba de ganar el Premio Rómulo Gallegos de literatura por Mañana en la batalla piensa en mi (Anagrama); Ana María Moix ha resucitado el personaje de Sisí y además ha publicado de nuevo uno de sus mejores libros, El chico pelirrojo a quien veo cada día (Lumen); Antonio Muñoz Molina ha sido elegido académico el año en que publicó su memoria militar, Ardor guerrero (Alfaguara); Justo Navarro ha liquidado cuentas con el más oscuro pasado malagueño en La casa del padre (Anagrama), y Paco Ignacio Taibo II, mexicano de Asturias, organizador de la Semana Negra de Gijón, fue declarado este año el autor favorito del presidente Clinton. Los cinco -citados aquí por riguroso orden alfabético se han juntado este año en busca de una intriga. Cada uno de ellos, desde mañana domingo, publicarán sus cuentos durante las cinco semanas de agosto en las páginas de EL PAÍS.Marías terminaba esta semana su relato cuando recibió la noticia de su premio, que une, pata el mismo libro, con el prestigoso Fastenrath de la Academia. ¿Cómo ha hecho su relato? "Es una dimensión nueva del trabajo literario, a lo Dumas o a lo Bálzac, con poco tiempo por delante y con la obligación de elaborar una intriga. Pero no me va mal, porque estoy acostumbrado a escribir mis novelas avanzando un poco a tientas". El relato se abre con un doble asesinato. El resto es intriga.

Ana María Moix ha puesto en su relato a un grupo de turistas que sufren las consecuencias de un espacio psicológico y emotivo cerrado. Para ella, "la buena literatura es siempre de intriga, desde Dostoievski a Los muertos de Joyce, así que yo he procurado escribir olvidándome del género".

Antonio Muñoz Molina sitúa su relato en agosto, en un ayuntamiento de provincias; se titula Entre todas las mujeres y parte de una situación de felicidad: trabajar en una oficina en agosto. La intriga llega luego. "Para mí la intriga es un juego de expectativas que se van cumpliendo o defraudando: el truco folletinesco de la expectativa retardada; la intriga cobra así la encarnadura de las cosas reales".

La intriga de Justo Navarro se sitúa en Roma, donde él mismo vivió el pasado año; también una muerte es el hilo con el que comienza su cuento. "En realidad, creo que todos los relatos son de intriga, porque todas las historias tienen un enigma; un lector o un escritor siempre es un detective".

Taibo II ha situado su intriga en México, la patria que comparte con Asturias. "Es", dice, "una novela corta de política-ficción mexicana, un relato que responde a esta pregunta: ¿y si lo peor pasa? Y es que lo peor ya está pasando todos los días".

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