Política e hipocresia
He leído el artículo. del profesor Javier Pérez Royo Ejercicio de hipocresía, publicado en EL PMS el 21 de julio. No soy yo el más indicado para terciar en el debate que mantienen Ignacio Sotelo y Javier Pérez Royo ni siquiera para . dilucidar si la' 8pción a la que debemos atenernos es la de elegir entre el estado de la democracia en 1983 y 1995. Necesitaría mucho más espacio para perfilar una opinión.Sí puedo, sin embargo, aportar algunos datos al lector que hacen que la acción política de Ignacio Sotelo esté muy alejada del "hipócrita" que denuncia Pérez Royo. Pérez Royo afirma que los que hoy -diagnostican males de la democracia española eran dirigentes del partiddo, socialista en la época en que se cometieron los asesin.a-, tos de los GAL. El argumento no puede ser más pintoresco porque en pura lógica querría decir que todo dirigente socialista de aquellos años de una u otra manera está vinculado a aquellas atrocidades y más vale que, ahora calle. No comparto en absoluto el criterio que nos- acerca peligrosamente a las tesis del señor Damborenea según las cuales "todos los españoles mayores de 25 años sabían lo que estaba ocurriendo" (en la versión de Pérez Royo al menos todos los dirigentes. socialistas). La afirmación es manifiestamente injusta, pero en el caso de Sotelo es además inexacta.. Explicaré la razón.
Ignacio Sotelo fue miembro de la comisión ejecutiva federal del PSOE de septiembre de 1979 a octubre de 1981. A partir de aquel momento se retira de cualquier puesto de dirección. No tenía ningún puesto en la dirección sócialista del año 1983 a 1987. En el año 1987, en otoño de 1987, para ser más exactos, la corriente Izquierda Socialista pidió a Ignacio Sotelo que acudiera al congreso del PSOE como delegado de nuestra corriente. En aquel congreso, en enero de 1988, Ignacio Sotelo y el que suscribe fuimos vetados por la dirección del PSOE para acceder al comité federal. Decidimos; reaccionar presentando una lista própia y obtuvimos el apoyo suficiente de los delegados para acceder al comité federal.
Ignacio Sotelo no accedió, pues, por haber participado en la, dirección socialista anterior, sino que fue sacado del ostracismo político por la corriente de Izquierda Socialista a pesar de los vetos de la dirección del PSOE. En la pirimera reunión en la que Sotelo participó como. miembro del comité federal, en el mes de julio de 1988, planteó con rigor, con audacia y con valentía el. tema de los GAL. Así consta en todos los periódicos de la época. En aquel momento fue contestado vehementemente por Ricardo Garcia Damborenea, que le acusaba de ser un "fanático de los principios".
Si se hubieran seguido los principios no fanáticos sino de mocráticos de Sotelo estaríamos en una situación mucho mejor para la democracia española. La defensa de Ignacio Sotelo del Estado de derecho, del principio de responsabilidad política, su lucha contra la corrupción, han sido ejemplares. Si algo siento es que en el congreso de 1990 Izquierda Socialista no tuviera su ficiente fuerza para mantener a Ignacio Sotelo en el comité federal del PSOE. Somos muchos los que echamos de menos su rigor, su valentía, su capacidad, su per sonalidad alejada radicalmente de la hipocresía que denuncia Pérez Royo. Cuando nadie hablaba, Sotelo habló y denunció hechos que hoy han vuelto a aparecer. Izquierda Socialista siempre ha estado orgullosa de haber facilitado la palabra de Ignacio Sotelo y así lo quiero hacer constar para evitar los equívocos a los que Conduce el artículo de P
érez Royo.-
