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Elogios grandilocuentes

Acaso sea porque España va a presidir la Unión Europea dentro de tres semanas o porque va a organizar en noviembre la Conferencia Euromediterránea, lo cierto es que el jefe de la diplomacia israelí, Simon Peres, se deshizo ayer en elogios al país que visitaba.Recordó primero que "todo había empezado en Madrid", dónde árabes e israelíes se reunieron por primera vez, en el otoño de 1991, para negociar. España, dijo, no sólo ha jugado "un papel destacado en el arranque, sino en la continuación del proceso de paz".Los seis próximos meses, los de la presidencia española, prosiguió, "serán los más cruciales para el proceso". De ahí que de esperar "que siga poniendo sus buenos oficios y su experiencia diplomática" al servicio de la paz. Rememoró su participación, el año pasado en la Universidad de Alcalá de Henares en un seminario sobre las tres religiones y su convivencia cultural. También en esto tiene un papel, "el de unir a las tres religiones". Sostuvo incluso que estaba "intentando volver a edad de oro", los tiempos en que convivían en España musulmanes, católicos y judíos.

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