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Pérez contra Sanz

Desconocidos a escala nacional, los candidatos de La Rioja discrepan según el guión escrito en Madrid

Luis Gómez

Pérez contra Sanz. La lucha electoral por la presidencia del Gobierno de La Rioja enfrenta a dos ilustres desconocidos de la política nacional a quienes, como asegura el primero, encima no acompañan los apellidos. Pérez es José Ignacio Pérez Sáenz, presidente riojano y candidato del PSOE. Sanz es Pedro Sanz, el aspirante del PP. Las encuestas no parecen tener dudas en la materia: a pesar de que la gestión del presidente está bien considerada, la intención de voto se inclina por el PP a ritmo de mayoría absoluta. Caso de no ser así, dos partidos de escasa implantación, el Partido Riojano, que ha sido socio del PSOE, e IU, que puede disfrutar de una representación parlamentaria de la que antes carecía, tendrán algo que decir.Gobernar La Rioja es representar a una comunidad poco dada a transferir conflictos de grueso calibre al exterior. De sus problemas poco se sabe, de sus representantes menos aún. "¿Sabe usted que es el presidente de comunidad menos conocido de España?", le preguntaron a José Ignacio Pérez recientemente. "¿Sabe usted quién es el presidente de Suiza?", contestó. "Las buenas noticias no son noticia", argumenta. Y es que La Rioja es una región pequeña, es discreta y es rica; se la tiene por una región en la que se vivo bien, calificación en la que coinciden los dos aspirantes a gobernarla durante los próximos cuatro años. Pero esa coincidencia es, pasajera, no es más que el punto de arranque de la divergencia porque la campaña electoral riojana no escapa a los estímulos que vienen de Madrid: lo blanco es negro, o lo negro es blanco según el partido desde donde se mire. Por eso Pérez matiza que La Rioja puede mejorar hasta bajar del 10% en la tasa de paro "porque dejo una comunidad sin parámetros negativos". Y por eso Sanz lo ve de otra manera: "Se vive bien, pero no quisiera hablar en pasado dentro de un par de años. No me gustaría tener que decir "en La Rioja se vivía bien"".

Madrid marca el ritmo de la campana. José Ignacio Pérez ofrece continuidad y sosiego y habla de buena gestión: "Hemos cerrado el 94 con déficit 0, que es importante, aunque no soy un estúpido: no se puede hacer una política económica de campanario alejada de la realidad nacional ni convertir La Rioja en un hospital de empresas insolventes". Pedro Sanz califica el déficit 0 "como una forma de pelotear créditos: prefiero hablar del endeudamiento de La Rioja". No escapa guión y promete los altos cargos de 61 a 48. Y, además, tiene prisa. Porque la carrera política de Pedro Sanz parece la de un velocista a la vista de su currículo: no era nadie políticamente hablando hace seis años salvo director de un centro especial como profesor de EGB era; se afilió al PP en 1989, pasó a ser secretario general un año después, y ahora se siente casi presidente in pectore de La Rioja.

Y a Sanz le basta y le sobra con la primera pregunta. Sus 100 soluciones para La Rioja fluyen vertiginosas como respuesta a un análisis catastrofista: "Podemos perder nuestra posición de privilegio"... "nada se ha hecho sobre infraestructuras"..., "necesitamos una política hidráulica porque a pesar de que somos una región con siete valles y siete rios algunos pueblos han debido recibir suministro de agua por medio de un camión cisterna"..., "faltan inversiones en nuestra agricultura porque nos estamos quedando sin agricultores"..., "no hay servicios de calidad... Por pedir, entre sus 100 soluciones, figura un aeropuerto riojano.

Claro está que Pérez también fue deprisa en su momento: en 1990 un voto de censura le llevó a la presidencia del Gobierno de La Rioja con 39 años convirtiéndose en el mandatario autonómico más joven. De sus cinco años de mandato (fue reelegido en 1991) siente satisfacción por haber logrado un clima de paz social y por haber conseguido un déficit 0 en el último presupuesto. Pérez habrá pasado por la joven historia de esta autonomía por haber sido el "vengador justiciero", como le calificó el presidente de Navarra, de las vacaciones fiscales, una incruenta rebelión personal frente a las disposiciones que emanaban de los regímenes especiales de Navarra y el País Vasco, que ofrecían una exención de impuestos durante los primeros años a las empresas de nueva creación en su territorio. "Muchas empresas estudiaban trasladarse unos kilómetros fuera de su ubicación en La Rioja". Su rebelión ha llegado al Tribunal Constitucional que hace una semana admitió a trámite su reclamación, un éxito de última hora en plena campaña electoral. "Por lo menos hemos logrado crear inseguridad jurídica".

Las discrepancias están a la orden del día. Habla Pedro Sanz: "Aquí han sucedido cosas graves, se ha rehabilitado un edificio por más de 100 millones de su valor real"... "el tribunal de Cuentas ha hecho informes muy negativos de la gestión presupuestaria en La Rioja"... "hasta se ha comprado un camión cisterna de forma irregular". Y contesta Pérez: "Soy el presidente con el sueldo más bajo, se han abierto las comisiones de investigación que han querido sin resultados, provocaron un conflicto por la utilización de las tarjetas visa oro... pues las retiramos".

Y la divergencia sigue: "No se nos conoce porque se ha sido sumiso con Madrid". "Hemos demostrado en el tema de las vacaciones fiscales que no tenemos complejos aunque los del PP nos dejaran solos".

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