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28 MAYODUELO AUTONOMICO: CASTILLA Y LEÓN

El nuncio y el misionero

Lucas hace una hábil combinación, de sencillez personal y alarde de escenografía. Quijano es la voz que se alza en el desierto

Juan José Lucas es un nuncio bajo palio; Jesús Quijano, un misionero en tierra hostil. Lucas es el nuncio de Aznar en Castilla y León. Aunque evita parecerlo. Porque, pie en tierra, con sentido regionalista, con astucia y una maquinaria publicitaria engrasada con millones de pesetas, ha sabido aumentar la grey. Y también, porque sabe que en cada región quieren que defienda sus intereses lo primero. Pero fue él quien puso a disposición de Aznar el territorio para que edificara sobre seguro el nuevo PP. Ahora, cuatro años después de haber conquistado el Gobierno por mayoría absoluta y con la previsión unánime de repetir, Lucas avanza bajo palio. Sólo grandes actos. Sólo en las capitales y en alguna otra ciudad importante. Para los asistentes el pasado domingo en Salamanca, bolsa con banderín de plástico, carámelos, mechero, pin con la gaviota, dos pegatinas, díptico y hasta un botellín de agua. La campaña de un presidente con medios para persuadir por sí mismos de que seguirá sien'do presidente. Aunque su trato personal no evoque eso, rehúya el triunfalismo y siga siendo el de una persona accesible, dialogante, con sentido común y sentido de la sencillez.A su lado, Quijano es como un misionero ligero de equipaje. Un socialista con más convicción que efectividad, honesto, en peregrinación por pequeñas localidades y ferias, con acompañamiento musical de banda municipal entonando un pasadoble si le acompaña un ministro, Luis Atienza por ejemplo. Recuerda quizá a los socialistas antes de 1982. Quijano, aunque con alguna vena de Maquiavelo, no tiene los resabios que da la mayoría absoluta, aunque tampoco la garra que moviliza ese tipo de respaldo arrollador. Es un profesor universitario metódico, tenaz, con creencias religiosas un tanto atormentadas y una afición por la lectura que le ha llevado a conocer todo Unamuno y a recitar de memoria a Blas de Otero: "Luchando cuerpo a cuerpo con la muerte, al borde del abismo estoy clamando a Dios, y su vacío retumbando ahoga mi voz en el vacío inerte. Oh Dios, si he de morir, quiero tenerte cerca...".

-¿Y si ha de perder? ¿Le basta Felipe?

-Ya sabe ese chiste de Eugenio en que uno se cae a un barranco, queda agarrado a una rama y dice: "¿Hay alguien ahí?". Se oye, una voz: "Soy tu Dios, no te preocupes, yo cuido de ti". Y el que está agarrado al árbol dice: "Gracias. Pero... ¿hay alguien más?".

Quijano, secretario general del PSOE de Castilla y León, es de los que ha oído muchas veces a Felipe González decir: "El partido no puede estar pendiente de que a mí me dé un infarto". Y cree que ha llegado el momento en que el PSOE inicie un proceso de maduración colectiva sobre la sucesión en el liderazgo. Sin que eso impida que González vuelva a presentarse en las próximas elecciones.

¿Elogia algo de Lucas? "Haber introducido en la derecha regional un nivel aceptable de sentido autonómico". ¿Admira. algo en Lucas? "La capacidad de sus asesores para sacar partido a una persona con tan pocas ideas". Lucas: "Más vale no tener ideas que tener malas ideas o tener ideas socialistas. Quijano es honesto, y prudente salvo en periodos electorales".

Así que, por más que Quijano se lo pida, Lucas no está dispuesto a un debate electoral con él. Participaron, junto al candidato de IU, en uno al comienzo de la campaña, pero aquello más que un debate fue una sucesión de monólogos encadenados. Y ahora el PP aduce que no tiene por qué ir a remolque de lo que le pida el PSOE. Una actitud que casa poco con las exigencias del PP al Gobierno de la nación para que rinda cuentas a la opinión pública, aunque ciertamente semejante a la de José Bono (PSOE) en Castilla-La Mancha respecto a los populares.

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Amparado en ese doble lenguaje de los socialistas, Lucas ha intervenido en el Parlamento regional sólo cuando el asunto le ha parecido a él "importante", porque González, arguye, empezó a responder a preguntas en el Congreso cuando perdió la mayoría absoluta. Observación certera, pero argumentación preocupante porque apunta que los populares se sienten legitimados para castigar a los socialistas con la prepotencia que, con razón, les criticaron.

Lucas se ha convertido en un veterano dirigente del nuevo centro-derecha, con una enorme astucia -ha conseguido deshacerse de auténticos cocodrilos de la derecha local sin que se hayan revuelto contra el PP- y un no menos enorme depósito de confianza de Aznar. No en vano promovió que la sucesión de Fraga recayera en Aznar. Y Castilla y León no va a ser su estación de destino. Tras su menú preferido -una ensalada y un asado-, con un coñac y un buen puro, musita incluso que ésta es la última vez que se presenta.

El socialista Quijano, con un vasito de aguardiente, a ser posible del Bierzo, y una faria después de su menú preferido, un cocido, afronta un sombrío horizonte, pero seguirá adelante, dice, por dar ejemplo de compromiso en una situación adversa.

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