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El PNV dice que no renunciará a "ninguna iniciativa" para lograr la paz en Euskadi

El PNV ha metido la quinta marcha en la negociación para tratar de acabar con la violencia en Euskadi y está dispuesto a encabezarla hacia una fase distinta. El portavoz de la dirección peneuvista, Joseba Egíbar, anunció ayer que su partido "no va a renunciar a ninguna iniciativa o actuación conducente" a ello. En la clausura de la Conferencia de Paz, promovida por Elkarri, los peneuvistas aseguraron que, pese a las críticas que les van a caer por querer "acelerar la consecución de la paz", no van a parar. hasta conseguirla. Todos los partidos, salvo HB, pidieron una tregua a ETA para empezar a negociar, aunque el comunicado final no lo refleja.

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"Un proceso de diálogo"

La Conferencia de Paz, celebrada en el País Vasco a iniciativa del movimiento Elkarri, a la que no se sumaron ni los socialistas ni los populares, terminó con posturas claramente definidas. El Partido Nacionalista Vasco (PNV) dice que no va a parar hasta conseguir la paz, aunque le reprochen no respetar el Pacto de Ajuria Enea. Eusko Alkartasuna (EA) ha anunciado su disposición a. seguirle de cerca en ese camino. Y Herri Balasuna (HB), tras interpretar que, los partidos han decidido olvidar la estrategia del aislamiento social y político qué emanaba de los pactos antiterroristas, pide a ambas formaciones que "`transformen las palabras en hechos para no generar falsas expectativas".Al término de la l Conferencia de Paz, que tendrá continuación y a la que podría incorporarse el PSE-EE si cambian considerablemente las condiciones actuales, las tres fuerzas abertzales coincidieron en qué el problema vasco es un "conflicto histórico de naturaleza política" y en que debe tener una solución política. O se avanza para afrontar "las causas" que lo motivan y se facilita el diálogo produciendo "situaciones de distensión" o el proceso de paz se verá ralentizado sin duda alguna, intuyen.

Al margen de las respuestas y de la declaración de intenciones del comunicado final, la Conferencia ha tenido una virtud según, todos los observadores: introducir a partidos muy diferentes en la cultura del diálogo. En la última sesión, a puerta cerrada, se puso sobre la mesa un documento de más calado político que el suscrito. Al final, fue imposible. Varios de los participantes confirmaron que HB ve con buenos ojos el giro del PNV en la estrategia negociadora con ETA, pero contrastaron que la coalición independentista no tenía las manos libres para suscribir una nota que le podría comprometer de manera más profunda.

Buena parte de las claves de ese documento fueron reveladas por el presidente del equipo de moderadores del encuentro y de la Unesco en Cataluña, Félix Martí. Junto a la constatación de que los procesos de paz son largos y que se deben compaginar los momentos visibles con los invisibles, Martí reiteró la necesidad de buscar soluciones políticas de carácter multilateral y de. ahuyentar los dogmatismos y la ortodoxia. "La verdad no nos pertenece en exclusiva", afirmó.

El moderador principal abogó por "sustituir las expresiones de violencia por soluciones políticas" y pidió a las partes en conflicto que se arriesguen y avancen en "crear signos de distensión". En un futuro marco de paz, defendió el respeto exquisito a los derechos humanos, tanto individuales como colectivos, y constató que nadie tiene derecho a matar, torturar o negar el derecho de autodeterminación de los pueblos y el respeto a sus identidades culturales.

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Todas estas ideas no pudieron ser rubricadas en un comunicado, pese a que forman parte del acervo de la cultura del diálogo que tienen ya los cinco partidos participantes. En palabras del líder de Izquierda Unida (IU) en el País Vasco, Javier Madrazo, se ha subido "un peldaño en el camino de la paz". Por eso IU y Unidad Alavesa (UA), EA y PNV pidieron expresamente a ETA una tregua, que se silencien las armas durante un tiempo, que se abra un periodo de distensión, según las fórmulas empleadas por cada uno de los partidos.

Para IU y UA, "la violencia vulnera el primer derecho fundamental: el derecho a la vida". UA expresó una idea apoyada por todos los participantes: el diálogo es la herramienta para desterrar el conflicto y avanzar hacia la normalización en Euskadi. "El camino va a ser largo, pero o es entre todos o será aún más largo", vaticinó su representante en clara alusión a la necesaria incorporación del PSE-EE y el PP.

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