James Conlon dirigirá la Orquesta de la Ópera de la Bastilla hasta el 2001
El nombramiento, ayer, del norteamericano James Conlon (Nueva York, 1950) como director de la Orquesta de la ópera de la Bastilla cierra la crisis abierta en agosto del año pasado cuando Hugues Gall, futuro director del mastodóntico teatro lírico parisiense, destituyó al surcoreano Myung Whun Chung como director musical.Gall, que el próximo mes de agosto tomará posesión de la dirección del ente ópera de París, ha empezado ya a nombrar a sus hombres de confianza en los puestos clave del primer coliseo francés. Conlon, cuyo nombramiento se hizo público ayer, asumirá la dirección de la Orquesta de la Bastilla en agosto de 1996 y hasta el año 2001. Hasta entonces, el director de orquesta norteamericano ejercerá de asesor musical de Hugues Gall y dirigirá el próximo mes de septiembre La Bohème y un concierto con obras de Mahler en junio de 1996.
Los poderes de Conlon no serán los mismos que tenía Chung. El nombramiento del norteamericano es sólo como director de la orquesta, mientras que el surcoreano era también director musical y como tal podía imponer sus criterios. Hugues Gall, todavía superintendente del Teatro de la Opera de Ginebra, reserva para sí las competencias en la elección del repertorio y los artistas.
James Conlon ejerce actualmente como director musical de la Orquesta de la ópera de Colonia y de la Orquesta Filarmónica de la ciudad alemana, con la que ha renovado contrato recientemente hasta el año 2000. Su contrato con la ópera de la Bastilla prevé un mínimo de 35 representaciones y conciertos por temporada, lo cual le obligará a reducir su actividad lírica en Colonia. El norteamericano indicó ayer en París que dedicará seis meses de su tiempo al nuevo cargo.
Conlon, que a mitad del pasado mes de febrero dirigió a la Filarmónica de Colonia en Valencia, Barcelona, Madrid y Santiago de Compostela, declaró en una entrevista con este diario que "ser norteamericano en Europa no es un regalo". Pese a ello, el director de orquesta aseguró que, no deseaba ser titular de un conjunto sinfónico norteamericano. "Me siento neoyorquino por los cuatro costados, pero ya no concibo mi vida sin trabajar en Europa", manifestó Conlon.
