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Parte de la direccion de HB cuestiona las órdenes de ETA de aplicarse a la desestabilización política

Una parte de la Mesa Nacional de HB ha cuestionado en los últimos debates internos las directrices de ETA para que la formación política se involucre más en las tareas de "desestabilización" política. La dirección de la organización terrorista remitió en abril último a la Mesa Nacional instrucciones en las que aludía a la necesaria complementariedad de las estructuras del denominado movimiento de liberación nacional vasco (MLNV), subrayaba el carácter desestabilizador de la "lucha armada"' y reclamaba expresamente a HB el ejercicio en el plano político de la misma función.

La consigna de ETA explica, retrospectivamente, el endurecimiento del mensaje de HB en los meses siguientes y a lo largo de la campaña de las elecciones europeas del 12 de junio, en la que encapuchados de la organización terrorista se exhibieron 10 minutos en su mitin central. Los resultados electorales, con una pérdida de 43.000 votos, animaron a algunos círculos de HB a expresar su desacuerdo con el rumbo y a criticar la intervención de ETA en las fechas previas a los comicios.De acuerdo con las fuentes consultadas, el fracaso electoral y las críticas internas explican, a su vez, el silencio mantenido por ETA a lo largo de la pasada campaña de las autonómicas.

De lo expuesto no puede deducirse que KAS y ETA hayan asumido la necesidad de atemperar el discurso y la acción a la vista de las reticencias que la violencia y el inmovilismo suscitan en parte de su electorado. La recuperación en las autonómicas del 23 de octubre de buena parte de los votos perdidos, unos 25.000, es atribuida formalmente por KAS al incremento de la participación electoral y al resultado de las apelaciones a la "mala conciencia" de los votantes que se inhibieron en las europeas.

Pese a haber aceptado, coyunturalmente, el discurso deliberadamente edulcorado de HB durante la pasada campaña, KAS no reconoce sus provechosos efectos, probablemente para no reforzar las posiciones de los críticos.

La posición de KAS se resume en unas recientes declaraciones del dirigente José María Olarra. Sólo una semana después del recuento electoral, cuando la inactividad de ETA y la referencia irlandesa empezaban a despertar rumores sobre contactos y negociaciones, Olarra resumió la posición mayoritaria en los órganos de dirección de HB ' y supuestamente de ETA, con un anuncio inequívoco: "No cabe esperar a corto plazo dinámicas de distensión".

De las palabras de Olarra, que según fuentes consultadas ha mantenido enfrentamientos con el dirigente considerado moderado Íñigo Iruin en algunas reuniones de la Mesa Nacional, cabe esperar el "más de lo mismo" que caracteriza a ese ámbito político desde su nacimiento.

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La falta de perspectivas de contactos con los que recrear la ilusión de la negociación, con el ministro Juan Alberto Belloch decidido a demostrar a ETA que sólo si deja de matar puede abrirse el diálogo, los rectores de la violencia miran a Irlanda, pero no están dispuestos a asumir el "necesario alto riesgo político" que, según les ha explicado el propio Sinn Fein, ha aceptado el IRA al tomar la iniciativa de bajar las armas.

Sus análisis, por el contrario, adolecen de una marcada fijación con el PNV y la Ertzaintza (policía autónoma), considerados sus principales obstáculos, y denotan una gran perplejidad, porque no entienden que el Estado no se haya conmocionado con el atentado que costó la vida el 29 de julio al teniente general Francisco Veguillas, director general de Política de Defensa.

Pese a todo, frenada la hemorragia electoral, KAS y ETA parecen dispuestos a continuar con el mismo juego macabro. El consejero de Interior, Juan María Atutxa, ha dicho que la última orden recibida por los comandos de ETA es "dar duro".

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