_
_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Perder la cabeza

Hace cuatro años, Rosa Vergés debutó en el cine comercial con Boom boom, una comedia de modélica construcción, brillantes diálogos e inspirada carpintería visual. Era, además, un filme inteligente, producido con discretos medios y que hacía de sus carencias virtud. Ha pasado el tiempo y Vergés ha vuelto a un terreno familiar, pero con la voluntad de no repetir miméticamente su primer largometraje. Y el resultado, a pesar de algunas vacilaciones, sigue siendo estimulante.Souvenir parte de una situación de guión realmente insólita, a la que el filme extrae todo su jugo durante el primer tercio de su desarrollo. Un turista japonés de paso por Barcelona intercambia sin querer su maleta con la de una atractiva azafata. Pero al ir a devolverla sufre un accidente vial del que queda amnésico. A partir. de ahí, el filme. evoluciona en varias direcciones a partir del apoyo que le brinda este particular marciano al que casi nadie entiende, empezando por él mismo.

Souvenir

Dirección: Rosa Vergés. Guión: R. Vergés y Jordi Beltrán. Fotografía: Flavio Martínez Labiano. Música:J. M. Pagán. Producción: Rosa Romero y Victória Borrás para Avanti Films. España, 1994. Intérpretes: Futoshi Kasagawa, Emma Suárez, Anna Lizarán, Pepa López, Emilio Gutiérrez Caba, Mercé Pons, Enric Majó. Estreno en Madrid: Palacio de la Música y Novedades.

Hay varias virtudes y algún defecto en este filme de confirmación de Vergés. Entre las primeras, varias sabias soluciones de guión, empezando, ya está dicho, por el propio eje del filme. Otra, la confirmación del buen oficio de Vergés, una cineasta que rueda con buen gusto para la composición del encuadre y con una elegancia que ya quisieran para sí muchos. Y otra, en fin, la virtud del riesgo: es bien cierto que Vergés podría haber repetido la exitosa fórmula de su primer largo, y seguramente nadie se lo habría recriminado. Pero la cineasta asume aquí compromisos más complejos, que se llaman largas secuencias en exteriores, un intento de domeñar el ritmo de una narración mucho más compleja que la de Boom boom: Vergés está aprendiendo, y a marchas aceleradas.

Pero también hay defectos, y no conviene ocultarlos. En un guión que se nota en exceso zarandeado, se produce de pronto un desfallecimiento hacia la mitad del metraje, que deja por un momento huérfanos a sus personajes. Otro problema, y éste de orden estético, tiene que ver con la opción de rodar en Super 16 milímetros, un formato muy manejable en rodaje pero que brinda unos resultados visuales más pobres que el 35 milímetros: a una comedia romántica como ésta le habría ido mucho mejor una fotografía más limpia, más brillante. Y finalmente, también hay que constatar una cierta debilidad puntual en el trabajo de algunos actores: no es el caso del protagonista, el japonés Kasagawa. Pero sí lo es, y esto resulta extraño en una actriz de su versatilidad y su frescura, el de Emma Suárez, aquí mucho más contenida e impersonal.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_