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GENTE

ADIÓS AL CUENTO DE HADAS

No corren buenos tiempos para uno de los hombres más misteriosos y ricos del planeta, Karim el agá Jan, cabeza reinante y espiritual de la comunidad ismaelí. Tras los desastres económicos que ha sufrido como hombre de negocios, ahora estalla su divorcio. Tras 25 años de matrimonio con Sally, que fue considerada una de las 12 mujeres más bellas del mundo, de su fortuna, en otros tiempos estimada en tres billones de libras, deberá litigar sobre un acuerdo de 20 millones con su esposa. En los anales de la historia se recordará aquel enlace de 1969 como un cuento de hadas. Sally Croker-Poole era una modelo divorciada, nacida en la India, hija de un coronel de los Lanceros Bengalíes, que abrazaba la religión ismaelí para convertirse en la princesa Salima. El agá Jan, aunque activo luchador de los derechos de su pueblo, tenía a sus espaldas una reputada fama de extraño donjuán, trasplantado de otro siglo, que temporalmente se disipó con su matrimonio, que le ha dado tres hijos. Sin embargo, al final de los años setenta volvía a caer en brazos de otras bellas mujeres, como la misma Dolores Guinness. A principios de los ochenta, Sally y Karim separaban oficiosamente su domicilio. Todo parece haber ocurrido discreta y suavemente. Tras años de un tren de vida intensa y su divorcio, hoy, a sus 57 años, Karim, suizo de nacimiento y viajante con pasaporte británico, ha señalado que "pretendía concentrarse en las necesidades de los ismaelíes, continuando con dos prioridades: la educación y la emancipación femenina, siempre lejos de la política". Cuando en 1957 el serio y ascético Karim, recién salido de la Eaton Square, nieto del tercer y último agá Jan, Mohamed Sha, e hijo de Alí (más conocido por sus pasiones por Rita Hayworth y los caballos), heredó el título de imam, parecía poseer el talento de su abuelo por las finanzas. Sin embargo, los resultados en los últimos tiempos desdicen de su posible talento. Sus dos actividades principales, el turismo y la industria, fueron indefectiblemente golpeadas por la recesión. Y, finalmente, se retiró de otra tradición familar: las carreras de caballos. El divorcio de Karim, que no establece ningún precedente en la familia, ha sido el último paso de un cambio de vida. Conservará su residencia principal en el castillo del siglo XVII de Chantilly, y de allí, semirretirado del mundo, rehará una imagen más digna para su pueblo.-

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