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Eslovaquia celebra hoy sus primeras elecciones desde su separación de Praga

ENVIADO ESPECIALHace menos de seis meses que Vladimir Meciar, ex primer ministro de Eslovaquia, desalojado del poder en dos ocasiones por mociones de confianza, era el retrato del perdedor. Hoy, primer día de los dos en que los eslovacos van a elegir un nuevo Parlamento, los sondeos coinciden en señalarle como el seguro vencedor de los comicios, con una expectativa de voto cercana 25%. A pesar de que estas elecciones son las primeras tras la amistosa partición de Checosovaquia en enero de 1993, las calles de Bratislava no sugieren la importancia de la contienda.

El más directo rival de Meciar, con el 18%, es una dispar coalición de cuatro partidos, Elección Común, pastoreada por los antiguos comunistas del Partido de la Izquierda Democrática. En liza hay otras 13 formaciones o alianzas, pero pocas superarán el listón del 5% que da derecho a escaño. Los primeros resultados oficiales se conocerán el domingo por la tarde y las encuestas señalan que nadie conseguirá mayoría para gobernar en solitario.La capital eslovaca, con temperaturas primaverales, mantiene su habitual aire sesteante y está modestamente encartelada en la periferia y nada en su centro histórico.

Desde marzo de 1994, en que Meciar fue desalojado del poder por el Parlamento con la ayuda del presidente Michal Kovac, Eslovaquia -poco más de cinco millones de habitantes- ha estado gobernada por una heterogénea alianza multipartidista que bajo la autoridad del primer ministro Jozef Moravcik, un incoloro centrista, sólo tiene en común su oposición a los expeditivos procedimientos políticos de Vladimir Meciar y a su criticado talante exclusivista.

Elegido por el pueblo

La animadversión de Meciar, de 52 años, hacia el jefe del Estado que eventualmente habría de nombrarle primer ministro es declarada, además de constituir un argumento electoral de peso. Ha prometido que si llegaba a formar Gobierno convertiría a Kovac en un figurón o cambiaría la Constitución para que el presidente de la República sea elegido por los ciudadanos en lugar de por el Parlamento, como sucede ahora. Meciar, abogado de provincias y ex boxeador que gusta de presentarse como "el padre de Eslovaquia", puesto que alumbró el nacimiento de la joven nación y ha sido su figura política central desde 1989. regresa del frío con "nuevos hombres, un nuevo programa y más ímpetus que nunca", en sus propias palabras.Todos coinciden en que este político populista, cabeza del Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), el partido mayoritario, se ha llevado de calle la campaña electoral, que se cerró el miércoles, en la Eslovaquia profunda.

En este medio año, el Gobierno interino ha tratado de poner parches económicos. A pesar de que, según los sondeos electorales, este esfuerzo parece haber sido comprendido mejor fuera que dentro, el vital dinero extranjero sigue sin llegar a Eslovaquia. En el primer trimestre del año, la inversión, 22 millones de dólares, ha caído un 40% con relación al mismo período de 1993.

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