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Cuatro incendios provocados 'suplieron' los cohetes en San Lorenzo de El Escorial

Un alboroto popular sin precedentes estremeció San Lorenzo de El Escorial en la madrugada de ayer. Unas 500 personas protagonizaron una ruidosa protesta nocturna por la supresión de los tradicionales fuegos de artificio en la lonja empedrada del monasterio. Con gritos y abucheos, los manifestantes insultaron al alcalde socialista y al equipo municipal, que acordaron el pasado mes de julio con los ediles populares suprimir los fuegos pirotécnicos para conjurar el riesgo potencial de incendio en la abadía. El espectáculo de luz y sonido elegido para suplir los fuegos artificiales fue boicoteado entre sonoras protestas. Después, ya entrada la madrugada, cuatro fuegos ardieron en el bosque circundante de La Herrería. La celeridad de los bomberos impidió el desastre.Decepción y crispación caracterizaron la velada final de las fiestas del patrón, San Lorenzo, que congregó en la lonja a miles de vecinos, veraneantes y forasteros. El disgusto fue transformado, por algunos, en tumulto. Los alborotadores zarandearon una furgoneta municipal ante el Ayuntamiento y realizaron sentadas, además de recorrer algunas calles entre gran griterío hasta las dos de la madrugada, para dispersarse posteriormente. Entre las 4.00 y las 6.30, cuatro incendios se registraron en cuatro puntos distintos dentro de la masa forestal -de más de 5.000 robles y fresnos- que rodea al monasterio. Los incendios fueron, presumiblemente, provocados por un núcleo reducido. Ardieron unos 3.000 metros cuadrados de pasto y monte bajo. No ha habido detenciones.

"Unas fiestas sin fuegos son como un jardín sin rosas". Esta frase de un matrimonio gurriato (denominación que se otorga a los nacidos en San Lorenzo) resume la sensación de decepción que tras la supresión de los fuegos inundó a muchos habitantes y veraneantes escurialenses en la jornada final de las fiestas patronales, iniciadas hace una semana. En los bares, el ambiente seguía ayer caldeado. "¡Vaya fiestas! Pagamos unos impuestos del carajo, incluso alcantarillado y basura, y resulta que nos salen con este fin de fiesta", decía a voces una mujer.

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El alcalde vetó los fuegos por temor a un incendio en el monasterio

VIENE DE LA PÁGINA 1El ala del monasterio orientada a Poniente ha sido en los últimos años el escenario para la quema de los fuegos artificiales en San Lorenzo. El resplandor de la pirotecnia sobre la fachada otorgaba a otras veladas del fin de fiesta patronal una bella pátina. Sin embargo, en ese mismo frente, 20 ventanas albergan la Biblioteca Escurialense, con 45.000 volúmenes, única en el mundo.

"Es innecesario someter al riesgo del fuego al principal monumento de España y a su magnífica biblioteca", dice templadamente José Luis del Valle, de 41 años, prior de los frailes agustinos que habitan el monasterio. Las carcasas incandescentes de los cohetes que penetraron por una de las 2.673 ventanas del monasterio dieron un serio disgusto a los frailes hace dos años, al incendiarse parcialmente una dependencia monacal. El pasado otoño ardió la techumbre de la Casa de la Cultura, que ocupa un edificio contiguo al monasterio.

"La supresión de los fuegos fue acordada en una reunión de la comisión informativa previa al pleno de finales del pasado mes de julio. El Partido Popular estuvo de acuerdo", dice Justo Sánchez Díaz, de 50 años, concejal de Cultura y Urbanismo, responsable de los festejos.

Los riesgos de incendio en el monasterio fueron los que llevaron al equipo municipal, que encabeza el socialista Francisco Nicolás González, a incluir una nota en el programa de festejos de San Lorenzo de El Escorial que decía así: "Lunes, 15 de agosto. 24.00 horas. Sensible al entorno y con objeto de evitar posibles incendios, los fuegos artificiales han sido sustituidos por un audiovisual monumental".

Monumental, lo que se dice monumental, sólo lo fue el lío que se organizó entre los más de 4.000 asistentes a la velada, que recibieron el espectáculo -música dodecafónica y masas psicodélicas que lamían los muros abaciales- con gritos de "¡Fuera, fuera, queremos los fuegos!".

"El verano pasado un diario de derechas orquesta una campaña virulenta contra la quema de pirotecnia en la lonja. El ambiente ya estaba caliente este año. Atendimos los requerimientos de Patrimonio y del prior y decidinios -de consuno- sustituir los fuegos", dice Sánchez.

Cuatro incendios

Lo peor de todo fueron los cuatro fuegos reales casi simultáneos que, bien entrada la madrugada, incendiaron pastos del bosque de La Herrería, que se extiende en torno al monasterio. "Menos mal que no se movía una brizna de aire. Si hubiera soplado con fuerza, como es habitual, no sé qué hubiera sucedido con los 5.000 robles y fresnos que circundan el recinto", comenta Vicente González, responsable de mantenimiento del monasterio. "Seis coches de bomberos de Villalba dominaron el fuego a tienipo", suspira aliviado. Algunos pirómanos suplieron los fuegos artificiales con fuego real. La parrilla de San Lorenzo, esta vez, no ardió.

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