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El designio de Europa

Paz y bienestar, seguridad y estabilidad; éstos son desde hace más de cuarenta años los intereses comunes de Alemania y sus socios europeos, intereses que la Comunidad Europea materializó de forma ejemplar. Hoy día, al brindársenos la oportunidad de superar definitivamente la división de Europa, estos intereses comunes se traducen más clara y terminantemente que nunca en una adhesión a los ideales de la integración europea. Vivir, en un tiempo no lejano, en el seno de una Unión Europea (UE) pacífica, próspera e inspirada en los principios de la democracia liberal es nuestro designio, el designio de Europa. La presidencia alemana del Consejo de la UE, iniciada el 1 de julio de 1994, es una ocasión propicia para cumplir nuestra promesa, a saber, la plasmación de una Alemania europea.Es evidente que, al aplicarse un sistema de rotación semestral, la presidencia alemana no va a ser la primera en afrontar los enormes retos que plantean el desempleo y la competitividad, la paz, la estabilidad y la seguridad interna, ni tampoco la que zanje las cuestiones pendientes. Por esta razón, queremos mantener una estrecha concertación con los países que asumirán la presidencia a continuación, a saber, Francia, España e Italia. Mediante la coordinación de nuestras líneas de actuación, queremos asegurar la necesaria perdurabilidad de las gestiones realizadas. La cumbre hispano-alemana, celebrada a principios de junio en Schwerin, reafirmó el objetivo de la estrecha coordinación con España. La presidencia alemana se centrará en los siguientes aspectos:

1. La potenciación del crecimiento económico y de la competitividad, factores que seguidamente permitirán mejorar las expectativas en materia de empleo, tiene absoluta prioridad. La alarmante situación del mercado laboral, la galopante pérdida de puestos de trabajo y la elevada tasa de desempleo representan el problema más acuciante tanto en Alemania como en España. El éxito de las negociaciones del GATT supone un importante paso en orden a un crecimiento a largo plazo sobre la base de un comercio mundial más libre. A pesar de los primeros síntomas de recuperación coyuntural, sigue siendo imprescindible llevar a cabo una modernización sustancial de las economías europeas y resolver los problemas de carácter estructural. El Consejo Europeo celebrado en Bruselas en diciembre del año pasado marcó la línea a seguir en este campo utilizando como referencia el Libro Blanco de la Comisión. En el Consejo Europeo de Essen habrán de adoptarse las correspondientes decisiones. Éstos son los principales elementos:

- En primer lugar, una mejora de los sistemas educativos y de capacitación profesional. El potencial de mano de obra cualificada es un factor clave a efectos de localización de la actividad económica.

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- En segundo, la flexibilización del trabajo y la creación de un auténtico mercado laboral europeo. No se trata de suprimir la necesaria protección social, que también deberá seguir siendo una característica sustantiva del modo de vida europeo, sino de desechar estructuras anquilosadas peligro el posicionamiento estratégico europeo frente a la competencia en un contexto globalizado.

- En tercer lugar, la creación de una infraestructura europea moderna y funcional. El Consejo Europeo de Corfú aprobó los 11 primeros proyectos de transporte. Las redes transeuropeas son una inversión para el futuro de Europa.

- En cuarto lugar, la supresión de las normas del derecho comunitario y nacional que resulten superfluas y entorpezcan las innovaciones.

-En quinto lugar, una mayor consideración de los factores ecológicos.

Todo ello sin olvidar el objetivo de la unión monetaria, basada en los criterios de la convergencia económica y una rigurosa disciplina presupuestaria, convenidos Por las partes.

2. La superación de la guerra entre los Estados europeos y la instauración de la seguridad y la estabilidad, de la paz y el bienestar presiden la idea de la UE. Ahora, de lo que se trata es de extender estos logros a toda Europa. Para nuestra presidencia reviste, pues, máxima prioridad que la UE siga participando activamente en los esfuerzos internacionales encaminados a poner fin a la guerra y a hallar un arreglo duradero en la antigua Yugoslavia, donde estos principios han sido flagrantemente violados y siguen siendo pisoteados en el momento presente. Asumiendo la administración de Mostar, la UE patentiza que está dispuesta a coadyuvar con todo su empeño a la reconstrucción.

En Corfú se firmaron los tratados de adhesión de Austria, Finlandia, Noruega y Suecia. La ciudadanía austriaca votó mayoritariamente a favor de la adhesión. La incorporación de estos cuatro países supone un gran esfuerzo para la Unión Europea, similar al que conllevó la adhesión de España y Portugal. Me consta que en España todavía se recuerda con satisfacción que Alemania, respaldó enérgicamente esas adhesiones. Y con ese mismo empeño hemos defendido después las últimas adhesiones. Ahora es preciso hacer todas las gestiones necesarias para que los tratados se ratifiquen a tiempo, de modo que la adhesión pueda llevarse a cabo el 1 de enero de 1995. Por lo que respecta a Alemania, el Bundestag y el Bundesrat ya han dado su aprobación.

Las democracias reformistas de Europa central y oriental tienen una clara perspectiva de adhesión desde que el Consejo Europeo de Copenhague fijó, hace ahora un año, las pautas básicas para el futuro. El libre comercio y un diálogo político intenso sobre la base de los acuerdos europeos son pasos importantes en la senda de regreso de estos Estados a Europa. A pesar de todos los esfuerzos que viene realizando la Unión y de los primeros signos positivos, no debe caerse en la autocomplacen cia. Hoy por hoy, ningún país del Este ha superado por completo la grave crisis que lleva aparejado el proceso de transformación. El objetivo a corto plazo debe ser la aplicación congruente y sistemática de las resoluciones de Copenhague. De aquí a fin de año, queremos elaborar una estrategia con miras al acoplamiento de estos países.

Los acuerdos de libre comercio con los países bálticos se firmaron el pasado 18 de julio. Les seguirán acuerdos europeos. También queremos mantener estrechas relaciones de cooperación con los Estados sucesores de la Unión Soviética. En el caso de Ucrania, la Unión Europea y los miembros del Grupo de los Siete están haciendo gestiones para que se cierre sin demora la central nuclear de Chernóbil.

La presidencia alemana, al igual que las subsiguientes, prestará especial atención a la modulación de las relaciones de la Unión Europea con los Estados norteafricanos ribereños del Mediterráneo. La Unión quiere reorganizar sus relaciones convencionales con Marruecos, Israel y Túnez y potenciar globalmente su política mediterránea. Para nosotros; la ampliación de las relaciones de la Unión con el área mediterránea se sitúa en el mismo plano que la apertura de la Unión hacia el Este.

En julio se celebraron sendas cumbres con EE UU y Canadá, que subrayaron la estrecha vinculación de estos países con Europa. Bajo las presidencias francesa, española e italiana está previsto seguir vigorizando las relaciones transatlánticas. También están pendientes importantes encuentros con Japón y las dinámicas potencias económicas de Asia, agrupadas en la ASEAN. La UE respalda el proceso de paz en Oriente Próximo y apoya a la nueva Suráfrica libre. Asimismo, está previsto intensificar las relaciones con América Latina. Los primeros pasos se darán durante la presidencia alemana, pero presumiblemente este proceso culminará bajo la presidencia española.

Queremos aprovechar la posibilidad que ofrece el Tratado de la UE de abordar en el seno de la propia Unión todas las cuestiones relacionadas con su seguridad. En este contexto habrá que esforzarse asimismo por vigorizar el engarce institucional entre la UE y la Unión Europea Occidental para preparar la plena integración de la UEO en la UE de brazo defensivo de la misma.

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es ministro de Asuntos Exteriores de la RFA.

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