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Nuevo programa sanitario mundial para afectados por síndrome de Down

Los niños y adultos afectados por el síndrome de Down (enfermedad de carácter congénito) tienen, además de sus problemas de integración social, unos trastornos de la salud específicos. Detectarlos a tiempo y tratarlos permite mejorar de forma sensible su calidad de vida, razón por la cual desde hace dos años los países más desarrollados de Occidente llevan aplicando unos programas sanitarios especiales.Extender esta estrategia a nivel mundial es el objetivo de la Liga Internacional de Asociaciones en Favor de las Personas con Deficiencia Mental (lLSMH), cuya comisión de expertos para el síndrome de Down está presidida por el español Jesús Flórez.

Los programas serán presentados a la Organización Mundial de la Salud y a los Gobiernos nacionales para que apoyen su adopción. "Mi preocupación es hacer llegar estos programas a todo el mundo para dejar claro que las personas con síndrome de Down no son ciudadanos de segunda categoría", indica Flórez.

Hasta no hace mucho sólo se cifraba en 30 años la esperanza de vida para los afectados por el síndrome de Down, defecto con que nace uno de cada 600 niños nacidos vivos por término medio en todo el mundo. Gracias a los avances experimentados por la medicina, hoy pueden llegar a cumplir los 50 y los 60 años, si bien existen una serie de dolencias que les afectan con mayor frecuencia que al resto.

Según explica Jesús Flórez, la exploración cardiaca es vital en el recién nacido con síndrome de Down, ya que el 50% de estos niños nacen con malformaciones cardiacas. El análisis de la función tiroidea y la exploración sobre unas posibles cataratas son pruebas indispensables en el protocolo sanitario de estos niños durante los primeros días de vida.

Envejecimiento precoz

En el primer año, los expertos consideran preceptiva la vigilancia del sistema inmunológico de los pequeños, así como la visión y la audición. Comprobar el funcionamiento tiroideo será imprescindible a cualquier edad, ya que con un análisis anual de sangre se pueden evitar anomalías que, no detectadas, complicarían mucho la vida de los pacientes."Estas personas también experimentan un envejecimiento más rápido, que puede degenerar en muchos casos en la enfermedad de Alzheimer, y, además, sufren depresiones psíquicas con mayor frecuencia", indica Flórez.

El programa del ILSMH no sólo incluye aspectos sanitarios, sino también líneas de actuación encaminadas a conseguir la integración social y educativa de los afectados con el síndrome de Down. El pasado año se hizo público en España y se presentó al Ministerio de Sanidad. "En muchas ciudades ya se va imponiendo. Se puede decir que está en fase lenta de penetración", comenta Flórez.

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