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Entrevista:

"Quiero devolver la autoestima al mundo de la cultura"

Pregunta. ¿Ha sido un año productivo y feliz?Respuesta. Ha sido un año muy intenso. Ha sido feliz porque he podido resolver algunos problemas, desbloquear otros, abrir perspectivas. Esto supone un gran esfuerzo. Por mi parte y la de todo el equipo. Y también ha habido momentos muy difíciles y de mucha preocupación.

P. ¿Cúal ha sido el más difícil?

R. Hay matices en los sentimientos que generan las dificultades. El más complicado fue el del aterrizaje, que tuve que tomar conciencia de los problemas y realizar un proyecto cultural que supusiera una cierta continuidad a la vez que abriera nuevas perspectivas. La mayor dificultad se produce hasta que logras perfilar el proyecto cultural que quieres. Esa etapa ya ha concluido, aunque, por supuesto, cada día siguen surgiendo nuevos problemas. La dinamización de la cultura de la que hablaba hace un año, cuando se tiene una idea progresista y de evolución, trae dificultades, pero hay que hacerlo. Los momentos más duros o tristes los he vivido durante la muerte de gente como Fernando Rey o Juan Gil-Albert. Y uno de los momentos más duros fue cuando me han abandonado algunas personas a las que yo había nombrado.

P. ¿Cree usted que el proyecto cultural que traía está ya claramente perfilado?

R. Sí. Creo que está bastante perfilado como proyecto. Otra cuestión es que haya dificultades para poner los temas en marcha. Aquí tenemos la dificultad de que lo óptimo, por lo que siempre hay que optar, se tiene que combinar con lo posible. Aunque es verdad que se está iniciando la recuperación económica, estamos en unos momentos de dificultades presupuestarias para poder cumplir nuestros objetivos. No hay que abandonar, sino priorizar; ser conscientes de que existen dificultades y de que la realidad no se puede adaptar a nuestros deseos. Un tema clave es el dinero, pero yo formo parte de un Gobierno que establece sus propias prioridades de acuerdo con las necesidades del país, y si la Cultura va a tener menos dinero del que querríamos, pues, habrá que esperar.

P. ¿Se trata de suplir el dinero con imaginación, como suele usted recomendar?

R. Desde luego. Hay que ser imaginativos, solidarios y eficaces. Ahora más que nunca tenemos que ser lo más austeros posible. Tenemos la obligación de hacer ver que para montar una buena obra de teatro, por ejemplo, se ha de hacer con la máxima calidad, y prescindiendo de lo superfluo. Tenemos que ser ejemplares. Todo el que se implique en un proyecto tiene que tener muy clara esta filosofia. El talento tiene que suplir al dinero. La cultura e consumo se ha terminado y estamos en otra etapa. Hay que hablar de la cultura del talento y de la austerirad.

P. Dentro del proyecto que usted considera como propio hay temas que estaban en marcha cuando usted llegó, otros pendientes, otros supongo que ideados por usted directamente. ¿A cuáles pondría su sello?

R. El tema del cine ha sido muy importante y no sólo por la ley, sino por el tratamiento que hemos dado los ministros de la Unión Europea al tema del audiovisual ante el GATT. Nuestra preocupación se ha plasmado en el Libro Verde, en el que se recoge el estado de la cuestión y se apuntan mecanismos de control y fortalecimiento de la industria audiovisual europea. Además, creo que ese sello Alborch puede encontrarse en las relaciones culturales con Iberoamérica. Trabajamos muy en la línea de que Iberoamérica es un mercado y un espacio cultural que nos interesa mucho. Los encuentros enriquecen, pero hay un mercado a potenciar. Creo que la cultura y la economía están muy vinculadas y en nuestro país todavía no se ha hecho una valoración de las inversiones -públicas y privadas- que se hacen en cultura teniendo en cuenta su rentabilidad económica. Si uno de los objetivos prioritarios del Gobierno es la creación de empleo, pienso que el desarrollo de todas las industrias que afecten al mundo cultural es algo que tenemos que tener muy presente. Con las comunidades autónomas también hemos planificado inversiones a diez años vista.

P. Hablaba usted antes de la importancia del equipo. Desde que llegó, como en la novela de Agatha Christie, de los 10 negritos sólo quedan dos. De los directores generales que encontró, sólo quedan dos: la directora del Reina Soria y el del INAEM.

R. Creo mucho en los equipos de trabajo. Al llegar me encontré con un equipo que tenía que ver cómo funcionaba e ir viendo si eran copartícipes o no con el proyecto. Hubo abandonos voluntarios para volver a actividades anteriores (el director de Bellas Artes, José María Luzón, ahora director del Prado), cambios de departamento (el subsecretario Santiago de Torres) o desencuentros con algunos que han optado por una decisión personal independientemente de que esa decisión me haya resultado más o menos dolorosa.

P. Entre los supervivientes, ha extrañado la permanencia de María Corral al frente del Reina Sofía, cuando ustedes han tenido desencuentros públicos.

R. María Corral es directora desde hace más de tres años. Ha estado en el momento en el que se consolidaba el museo y está desarrollando un buen trabajo. No veo razones para su sustitución y también depende, en muchos casos, de las posibilidades que las personas ofrecen para encajar en el proyecto. La configuración de un equipo es algo muy importante y llevar un proyecto al Consejo de Ministros lo es muchísimo. Creo que no se pueden producir cambios por las buenas, si no tienes alternativas que mejoren sustancialmente lo que hay. Encontrar alternativas adecuadas es a veces difícil.

P. Algunos de los directores generales que han decidido abandonar el ministerio coinciden en señalar el personalismo del subsecretario, Enrique Linde, como causa de las dimisiones. Se asegura que cada vez habla usted menos con sus directores, generales y que es Linde quien toma las decisiones.

R. Siempre es importante estar rodeado de colaboradores inteligentes, eficaces y con personalidad como Linde, pero las decisiones las tomo yo. Hablo habitualmente con todos los directores generales. Ocurre que tal vez se vea más con los que están en este mismo edificio, pero mi relación con todos es extremadamente fluida. Nadie puede decir lo contrario.

P. Hablaba usted antes de planes a diez años vista. ¿Cree que los socialistas van a seguir, que el resultado de las elecciones europeas ya no se va a repetir?

R. Creo que van a seguir. El presidente mantiene con los ministros la misma posición que mantiene públicamente: que estamos legitimados para seguir gobernando. Por tanto, seguiremos trabajando y desarollando nuestro proyecto. Yo pienso seguir haciéndolo. Por ejemplo, estoy muy empeñada en devolver a la cultura española la autoestima de la que ha gozado en otros periodos históricos.

P. ¿Los episodios de corrupción afectarán al mundo de la creación de alguna manera?

R. Pueden afectar en los contenidos artísticos, aunque los creadores van a temas más universales. Ahora, que he estado en la Bienal de Arte de La Habana, el tema de las migraciones estaba abundantemente tratado, pero no sé si el tema de las corrupciones llegará a ser un tema que veamos tratado en pintura, en el cine o en la novela.

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