En el almacén
Un conflicto legal enfrenta desde hace diez años a la Fundación Benjamín Palencia, presidida por Antonio Garrigues Díaz-Cañabate, y una sobrina del artista, Joaquina Palencia Moreno, por la herencia del pintor, que incluye sus pinturas, dibujos, documentos, pisos y terrenos. El último juicio, favorable al familiar, ha sido recurrido ante el Supremo. Al morir, en 1984, la hermana del pintor, Salomé Palencia, deja todos los bienes a la fundación que iba a llevar el nombre del artista, creada al año siguiente. Esta decisión es impugnada por una sobrina, Joaquina Palencia Moreno, y comienza un largo proceso legal. Garrigues Díaz-Cañabate, amigo personal del pintor, es también albacea testamentario de Salomé Palencia. Miles de dibujos y cientos de pinturas, que la fundación prefiere no cuantificar en público por motivos de seguridad, siguen en los almacenes del antiguo Museo Español de Arte Contemporáneo, a la espera de su destino. El Museo Reina Sofía recibió en septiembre de 1993 un total de 70 pinturas -una selección de obra realizada antes de la guerra civil- como pago de los impuestos; cuatro de ellas se acaban de incorporar a la sala Surrealismos de la colección. La fundación presta obras a exposiciones y facilita a los investigadores los documentos que se conservan en dos pisos de Madrid.