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La gúerra del báculo

Las Cortes y el Justicia de Aragón se unen a los curas y piden la segregacion de parroquias adscrítas a la diócesis de Lérida

La guerra del báculo ha resucitado en la franja oriental de Aragón. Y lo ha hecho con motivo de la convocatoria del concilio provincial catalán, que concluirá en 1995. Los curas de 110 parroquias, que agrupan a un total de 80.000 fieles, no se sienten convocados a esta fiesta eclesial y piden de nuevo su segregación de la diócesis de Lérida, de la que dependen, y su adscripción a demarcaciones eclesiales aragonesas. Es la zona conocida como la franja oriental de Aragón, limítrofe con la provincia de Lérida y que agrupa a localidades como Fraga, Monzón o Binéfar. La guerra por el cambio de báculo, que se remonta a 1979, ha cautivado ahora a los políticos aragoneses, que han entrado en la disputa por las tierras de Dios.La cuestión de la segregación duerme en las intancias vaticanas desde 1981, cuando la Conferencia Episcopal Española tramitó la petición. La respuesta vaticana, realizada a través de la Nunciatura Apostólica en España, levantó ampollas. Aragón se indignó, de tal manera que el periódico El Heraldo, nada sospechoso de anticlericalismo, preguntaba en un editorial: "¿Cuáles son los mapas que han consultado los dicasterios romanos? ¿Quiénes son los diplomáticos que deben orientar al Vaticano sobre la geografía de las diferentes regiones españolas?". Trece años después, la vida sigue igual, no sólo para las parroquias aragonesas, que forman la mitad de la diócesis de Lérida, sino también para otras zonas que esperan una decisión vaticana para variar sus límites, como Extremadura que aguarda su reconocimiento como provincia eclesiástica.

Pero quien ha hecho suya la causa ha sido el nuevo Justicia de Aragón -Defensor del Pueblo-, Juan Monserrat, quien, en un informe oficial del pasado 19 de abril, hace una particular lectura del acuerdo jurídico suscrito entre la Santa Sede y el Estado en 1979.

Monserrat insinúa que, en el fondo, es un problema de colonialismo por parte de Cataluña [que perdió en la distribución provincial de 1833 una parte de su territorio leridano a favor de la actual provincia de Huesca], y así lo hizo saber el pasado día 21, en la catedral de Roda de Isábena, donde presidió un acto de apoyo a los segregacionistas ante la anuencia de José María Lemiñana, párroco de Roda de Isábena y auténtico- líder del movimiento.

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