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Zülle y el valor del riesgo

Carlos Arribas

"Lo preparan todo al milímetro. No dejan nada al albur. Todo está listo y llega el día D y el corredor no anda. ¿Qué haces entonces?", dice un experto en ciclismo. Su tema de charla: el equipo ONCE y su líder, Alex Zülle. "Planificar no es tan sencillo como parece". El conjunto dirigido, preparado y planificado por Manolo Sáiz había elegido esta temporada la vía arriesgada: todo por las grandes vueltas, nada de minucias. Y aunque mirando la clasificación parezca que haya patinado, él, Manolo Sáiz, no se rinde: "Parece imposible destronar a Rominger, pero mi equipo luchará a fondo para conseguirlo. No estoy aquí para ser segundoLa aparente paradoja de que un viejo -Rominger- progrese y un joven -Zülle- parezca estancado merece para su explicación un pequeño mea culpa del técnico cántabro. "Rominger está mejor que el año pasado y Zülle, igual. ¿La causa? La pasada temporada vimos que Zülle progresaba aunque no quisiéramos y pensamos que había que seguir llevándole suavemente, sin forzar, y quizás nos equivocamos, quizás debíamos haberle metido más marcha".

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Zülle, en sus dos años como profesional, acostumbraba a brillar en el mes de marzo, a alcanzar un buen nivel de forma en la París-Niza. Y luego no hacía malas Vueltas. Este año, entre algodones. Y, teóricamente, el despunte en mayo, en la Vuelta. Montoya tiene experiencias con esa programación; aunque el caso no tiene por qué ser el mismo. En 1992, cuando Montoya se reveló en la Vuelta, antes había deslumbrado en la París-Niza; el año pasado retrasó su preparación, y falló en la ronda española; este año ha andado bien en Niza y se encuentra bien en la Vuelta, pese al traspié de Sierra Nevada.

"Pero tampoco está tan mal Zülle", dice Sáiz. En la contrarreloj de Benidorm estuvo entre los primeros. Y, además, irá a más". Otra cosa es que pueda con Rominger. Sáiz dice que lo intentará. Y mientras, hace cálculos en la clasificación general dejando de lado a Rominger. Tomando a Zülle como punto de referencia para las situaciones de Zarrabeitia o Delgado.

El factor del riesgo entra en escena. ¿Cómo, si está igual que el año pasado, ha podido Zülle ser derrotado en una contrarreloj por Zarrabeitia? "Es muy diferente arriesgar desde el principio, ir a ganar como sea, que disputar una contrarreloj a la defensiva".

Que nadie entierre a Zülle, pide Sáiz. Que tiene 25 años, que tiene margen de progresión. Aunque hay agoreros: "El Tour de 1993 fue una lápida para Zülle. Lo terminó arrastrándose y eso le ha hecho mucho daño".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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