Cuatro años después
El caso Casinos no es nuevo aunque pueda parecerlo el registro de ayer. Se remonta a una querella presentada a principios de 1990. Desde entonces, la instrucción ha pasado por distintas etapas. La primera se caracterizó por una casi nula actividad al quedar vacante varios meses el juzgado al que le correspondió.Durante ese tiempo pasaron cosas curiosas. Por ejemplo, el querellante, Jaime Sentís, anunció su intención de desistir de la querella una semana después de presentarla. Abanodonó España durante un tiempo, de manera que las citaciones que le llegaban del juzgado para que declarase no lograron resultado alguno. El fiscal optó por proseguir de oficio con la acusación, a la que se sumó Iniciativa per Catalunya. Mientras, el presidente de Inverama, Artur Suqué, decidió presentar otra querella contra Sentís. Ahora se invertían los papeles: era Suqué quien acusaba a Sentís de apropiación indebida de fondos de Casinos.
Sentís sólo aportó papeles -sobre todo muchas fotocopias- que sustentaran su denuncia cuando regresó del extranjero y decidió reincorporarse a la acusación. Lo hizo en diciembre de 1991 y, a partir de entonces, la causa tomó un nuevo impulso. Se sucedieron algunas comparecencias de protagonistas ante el juez, quien en otoño de 1992 encargó a la policía un seguimiento exhaustivo del destino de varias decenas de talones. Después, la causa ha estado casi parada hasta ayer.
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