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Un policía procesado por torturar a un companero dice: "Y nos quedamos cortos"

Amador Miralpeix del Pino, inspector del Cuerpo Nacional de Policía acusado de torturar en 1983 a José Manuel Castán Belmonte, un agente en excendencia que trabajaba en una empresa de seguridad y que falleció tres meses después de los hechos, afirmó ayer: "Y nos quedamos cortos en el empleo de la fuerza", en el juicio que comenzó en la Audiencia de Madrid. Y que habían arrestado a Castán el 1 de diciembre de 1983, por desacato en el Club Olimpo de Madrid.El fiscal solicita cinco años de prisión por torturas para los inspectores Miralpeix del Pino y José Manuel Ortiz Prieto, y las acusaciones, 34 años de cárcel.

En la Brigada Regional de Policía Judicial, recibió, presuntamente, agresiones por las que recibió tratamiento médico hasta su muerte el 14 de marzo de 1984. Miralpeix aseguró que la actitud de Castán fue "desagradable y ofensiva". "Nos insultó", añade, "y al ponerle las esposas nos agredió ( ... ) por lo que tuvimos que emplear la fuerza, quedándonos cortos, pues portábamos armas y esposas que no usamos".

A la cuestión sobre por qué le esposaron a un radiador, dijo: "Hubo que reducirle y se le sujetó una mano al radiador, pero estaba en una silla, fumando".

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