El Pentágono prohíbe fumar en cualquiera de sus instalaciones y cuarteles
La guerra contra el tabaco moviliza al Pentágono. Ayer se anunció la inminente prohibición de fumar en cualquier instalación o lugar de trabajo que dependa de las Fuerzas Armadas, desde un cuartel hasta un portaaviones. La medida, que entrará en vigor el próximo 8 de abril, afecta a 2.600.000 personas, civiles y millitares, un récord de repercusión numérica en los intentos públicos y privados de restringir el uso del tabaco en Estados Unidos, con el agravante de que se fuma más en los ambientes militares que en el conjunto de la sociedad. Por otra parte, la industria tabaquera reacciona contra las diversas ofensivas y convoca para hoy una marcha de fuma dores en Washington.La prohibición del Pentágono culmina una estrategia antitabaco que los mandos de la Defensa iniciaron en 1986, con la designación de lugares específicos para fumadores y no fumadores. En otoño del año pasado, la Armada prohibió que se fumara por debajo del nivel de la cubierta de los buques. La medida anunciada ayer afectará a 470 instalaciones militares en Estados Unidos y otras 100 en el extranjero, además de numerosas oficinas y dependencias en las que trabajan 900.000 civiles. Desde el Pentágono -26.000 empleados- hasta el último cuartel, todo lo que se considere lugar de trabajo está incluído en la prohibición. La norma prevé la posibilidad de fumar en zonas delimitadas y la construcción de "refúgios para fúmadores" donde no haya esas zonas.
En una estrategia de contraataque, la Coalición del Tabaco, que asegura tener 17.000 miembros, ha convocado para hoy una marcha de fumadores sobre Washington, para protestar con tra los planes del gobierno de triplicar los impuestos que gravan las cajetillas de cigarrillos y con tra los informes sobre el peligro del humo de segunda mano.
