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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Precisión

Director de Triunfo durante su larga historia, entiendo que me corresponde precisar algunos datos que, sobre Nicolás Sartorius y su relación con aquella revista, contiene la carta firmada por Jaime Sartorius publicada en EL PAÍS el miércoles 26 de enero.En 1966, desde Movierecord, entonces accionista mayoritario de la empresa editora de Triunfo, habían lanzado un ultimátum: informados de un inmediato registro policial en la redacción persiguiendo documentación clandestina, estaban dispuestos a suspender definitivamente la edición de la revista si se producía el registro. Mantuve una larga, confidencial y también tensa entrevista con Nicolás Sartorius, a la sazón reciente redactor de la revista. De la mutua actitud ante el trance -evité preguntarle sobre sus compromisos políticos o sindicales, tampoco él se refirió a ellos- surgió el acuerdo de convertir su situación de redactor en la de colaborador, mientras yo me comprometía a conseguirle un largo contrato, sin obligaciones, con idéntica retribución a la que tenía en nómina. Todo se resolvió en cuestión de horas. Por tanto, ni Nicolás Sartorius fue despedido de Triunfo acusado de formar una célula comunista, ni Javier Alfaya tuvo que ver con la cuestión, ni, por último, Eduardo Haro Tecglen pudo intervenir en este asunto porque estaba en Tánger dirigiendo el diario España, aunque sí escribía -y mucho, afortunadamente- en Triunfo.

Limitándome al texto de la carta citada, omito cualquier referencia a otras cuestiones sobre la relación posterior -ya en la transición- de Sartorius con Triunfo. Pero no puedo silenciar su innegable participación en aquella especie de conspiración que precedió a la aparición de La Calle; convirtiendo en víctimas de una "caza de brujas" al grupo de colaboradores de Triunfo que, obedientes a una obvia operación política, literalmente nos sorprendieron pasándose de golpe a la nueva publicación.

Para terminar, y como me concierne la consideración peyorativa que Jaime Sartorius muestra ante la conducta de quienes no firmábamos manifiestos, escritos, etcétera, le recuerdo que en Triunfo supimos arriesgarnos en otro tipo de acciones, dedicando nuestras páginas a la lucha incesante por la libertad y la cultura, abriendo espacios para protestas implícitas y explícitas, constantes, sustanciales e, históricamente, más eficaces...-

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