_
_
_
_
_

El obispo Samuel Ruiz, reconocido como único mediador

Miguel Ángel Villena

El obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, fue reconocido ayer por el comisionado, para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, Manuel Camacho Solís, como "único eslabón" y posible mediador con los rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).Los zapatistas propusieron a Ruiz como mediador en el conflicto la semana pasada, junto con la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992, y el periodista mexicano Julio Scherer, director del semanario Proceso.

Scherer rehusó la oferta para atender imparcialmente su vocación periodística, al igual que Menchú, quien argumentó que su intervención en el conflicto podía ser considerada una injerencia extranjera.

Más información
Zapatistas por la gracia de Dios en la selva Lacandona

En una conferencia de prensa en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Camacho dijo que la participación del prelado en el proceso de pacificación de Chiapas "es muy importante", pero advirtió que la llegada de la paz absoluta "tardará", ya que el proceso de pacificación será complejo si se pretende evitar el enquistamiento de la rebelión.

Camacho indicó que regresará a la capital mexicana por tiempo indefinido para seguir con su trabajo de comisionado para la Paz, pero aseguró que el Gobierno mexicano aceptará como válidas las propuestas de los rebeldes que sean transmitidas por el prelado.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Con el reconocimiento de Ruiz como mediador, el Gobierno mexicano cede por primera vez a las demandas de los rebeldes en lo que aparece como un desesperado intento por lograr la pacificación de la zona.

También se vislumbra como un reconocimiento a la labor del obispo a favor de los indígenas y pobres de Chiapas y a la defensa que ha hecho de ellos al frente del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Calas.

El Vaticano llegó a pedir la renuncia de Ruiz por su labor pastoral, argumentando que su doctrina se alejaba mucho de los preceptos originales de la Iglesia católica.

El obispo comentó el jueves que se sentía un poco culpable por haber "creado conciencia" entre los indígenas de la región, aunque descartó su responsabilidad en el alzamiento y exhortó a los indígenas a buscar una solución no armada a sus peticiones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_