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La Filmoteca entierra en 'bunkers' las víejas películas al ser inflamables

El almacén subterráneo es una de las primeras obras de la Ciudad de la Imagen

La principal labor de una filmoteca es preservar el patrimonio cinematográfico, tanto a través de la recuperación de materiales como de su conservación. La institución española ha recuperado últimamente mucho material antiguo, y su almacén se ha quedado pequeño. Para paliar la situación, a Filmoteca ha invertido 70 millones, en la construcción de unos bunkers en la Ciudad de la Imagen. Hay poderosas razones que recomiendan este tipo de almacén: hasta comienzos de los años cincuenta, las películas utilizaban un soporte de nitrato altamente inflamable y peligroso.

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La Filmoteca Española guardaba hasta ahora sus fondos en un pequeño almacén ubicado en su actual sede, en la carretera de la Dehesa de la Villa. Este local, situado en un rincón del edificio, siempre se consideró como algo provisional. Sin embargo, ha mantenido su misión hasta que el incremento de los fondos y, sobre todo, su potencial peligrosidad, han aconsejado su traslado. Hay otras ventajas. Ahora, a dos metros bajo tierra, las latas se conservarán a una temperatura más uniforme.Durante el pasado año, la Filmoteca Española ha construido un nuevo almacén de alta seguridad para películas inflamables dentro de la denominada Ciudad de la Imagen, en el término municipal de Pozuelo de Alarcón, muy cerca de los locales de Radiotelevisión Española en Prado del Rey.

Los responsables decidieron emprender esta construcción tras estudiar varias instalaciones europeas similares. El proyecto de los bunkers está firmado por el arquitecto Javier Feduchi y tiene el visto bueno de José María Prado, director de la Filmoteca Española, y del personal especializado en la conservación de películas.

20.000 latas

El almacén de películas inflamables, con capacidad para 20.000 latas, se encuentra situado en una zona verde de la Ciudad de la Imagen, aislada del resto de las futuras edificaciones.La obra ha tenido un presupuesto de 70 millones de pesetas. En la actualidad está pendiente tan sólo de las pruebas del sistema de climatización. La Filmoteca tiene previsto comenzar a trasladar las películas a las nuevas instalaciones a mediados del presente mes de enero.

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Para combatir las diferencias térmicas que caracterizan el clima de Madrid y dado que las películas deben conservarse a una temperatura uniforme de 6º centígrados con una humedad relativa del 50%, el almacén se ha construido en un terreno que permite enterrarlo bajo dos metros de tierra vegetal, pero que sólo tiene una elevación exterior de seis metros.

Integrada por 20 celdas aisladas, se ha empleado la más avanzada tecnología para que cualquier posible incendio que pueda producirse no se propague a las demás, en un terreno de 700 metros cuadrados.

Próximamente, la Filmoteca Española dejará su actual sede temporal en la carretera de la Dehesa de la Villa, construida en su momento para albergar a la desaparecida Escuela Oficial de Cinematografía, para instalarse en otro terreno de 8.600 metros cuadrados de la Ciudad de. la Imagen, un proyecto que impulsa la Comunidad de Madrid para reunir a las empresas del campo audiovisual.

En la actualidad, el arquitecto Luis Feduchi, con la ayuda del director de la Filmoteca Española, José María Prado, termina de dar los últimos toques a la sede de la institución. El problema es que, debido a la actual crisis económica, no se sabe cuándo empezará la construcción, inicialmente prevista para principios de 1994.

De momento, la Ciudad de la Imagen se encuentra completamente urbanizada, con sus calles, sus aceras y su alumbrado, pero es una pequeña ciudad fantasma. Aparte del poco visible -dado que está casi oculto bajo tierra- recién finalizado almacén de seguridad de la Filmoteca Española, sólo están construyéndose un almacén y oficinas de la compañía Emi Odeón; el resto sólo son solares vacíos.

Suelo para el vídeo

La empresa pública Arpegio que promueve la operación, ha vendido otras dos parcelas a las empresas Vetelsa y Videomedia, ambas dedicadas al vídeo El ambicioso proyecto, genera do por la Comunidad de Madrid, para dedicar 1.100.000 metros cuadrados al sector audiovisual está paralizado por la crisis que afecta a la economía. La idea fue respaldada en un convenio firmado en 1989 entre Jorge Semprún, entonces ministro de Cultura; Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, y Luis Solana, en aquel momento director general de Radiotelevisión Española, para poner en marcha la llamada Ciudad de la Imagen.Aquel deseo sólo se ha traducido por el momento en calles sin edificios que han costado a la Comunidad de Madrid cerca de 2.000 millones de pesetas. Si las previsiones se cumplen, con el tiempo se alojarán allí, además de la Filmoteca Española y de los estudios centrales de Telemadrid, hoteles y restaurantes, además de enormes platos de rodaje.

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