En defensa del acvalde la de Rivas

No es de mi estilo, ni de mi agrado, aparecer ante los medios de comunicación para retificar informaciones o exponer quejas sobre el tratamiento de determinados temas, pero el artículo en EL PAIS del sábado 20 de noviembre de 1993, firmado por Vicente G. Olaya, me lleva retificar públicamente algunos de los datos aportados en el escrito y argumentar otros. Lo hago en defensa de la verdad y de la persona aludida, el señor alcalde de Rivas-Vaciamadrid, don Antonio Manuel Serrano Pérez, al que considero injustamente. tratado, si no agredido.¿Cuál debe ser la remuneración de los cargos públicos? Es obvio que en instituciones de mayor entidad y con mayor homogeneidad que los ayuntamientos se tienen los salarios fijados desde hace tiempo, cosa que, en estos no ocurre, debido a la diversidad de situaciones, diferentes tamaños y poblaciones.

A causa de ello, en el inicio de la actual legislatura (cuatrienio 91 al 95), IU y PSOE, a nivel estatal, convinieron que la remuneración de alcalde y concejales, con dedicación exclusiva, fuera la misma (una peseta más) que los salarios de los funcionarios ' de mayor nivel en los ayuntamientos en que estas dos fuerzas cogobernaran.

Según este criterio el salario del alcalde de Rivas-Vaciamadrid tendría que haber crecido desde 4.095.546 pesetas hasta los 6.085.038 pesetas (brutas) que cobra el señor interventor del Ayuntamiento. Es decir, 1.989.492 pesetas brutas anuales más, lo que representaría más del 48%.

Que el trabajo de un alcalde, en éste y en cuaalquier municipio es el de mayor dedicación y responsabilidad me parece fuera de toda duda, y es muy justo que tenga la máxima retribución del Ayuntamiento, una peseta más que el funcionario mejor retribuido.

Cuando se elaboran los presupuestos del 93, primavera de este año, el tema de la retribución de los cargos públicos estuvo sobre la mesa y aún compartiendo los criterios antes citados, atendiendo a la situación económica por la que atraviesa la práctica totalidad de la administración local, y nuestro Ayuntamiento no es una excepción, se acordó, por parte de las direcciones de IU, y PSOE locales, fraccionar la igualación del salario del señor alcalde de Rivas-Vaciamadrid al funcionario de mayor categoría, en tres años; de ahí se obtiene el casi 13% de subida. (48 / 3)

Pero si alguien puede cuestionarse la idoneidad de este criterio y sostener otro consistente en afirmar que un cargo público debe seguir manteniendo los mismos ingresos que en su trabajo habitual, yo digo que de acuerdo, pero que tiene que asegurar al menos los mismos ingresos que en su anterior trabajo-cosa que no se ha cumplido en el caso de Antonio M. Serrano, actual alcalde de Rivas-Vaciamadrid, aunque en el caso de algún otro primer edil anterior la retribución de alcalde haya llegado a duplicar las nóminas que percibía en su trabajo habitual.

Veamos cual era la situación de Antonio M. Serrano en el momento de acceder a la presidencia del Gobierno local. Como la entidad pagodora es el MEC (Ministerio de Educación y Ciencia) son datos de fácil contraste y comprobación.

A efectos de mayor claridad y fácil manejo, he traducido los datos anuales a mensuales, lo que cada currito cobramos a fin de mes, lo real, lo de comprar tomates y patatas: nómina neta (MEC) 197.555 pesetas, concejal delegado (Ayuntamiento) 53.656 pesetas, total 251.211 pesetas.

A partir de agosto de 1992, en que Antonio M. Serrano pasa a ser alcalde de Rivas, su única retribución mensual es la nómina del Ayuntamiento de 226.061 pesetas. (¿De dónde ha sacado usted, señor G. Olaya, las 527.203 pesetas?) Por lo tanto, con referencia a la situación anterior a ostentar la alcaldía, ha tenido una disminución de 25.150 pesetas mensuales.

Añadamos a esto los gastos que supone ser el primer edil de un municipio de más de 22.000 habitantes: protocolo, ves tuario, desplazamientos a deshoras..., que generan un importante gasto, diferente del que puede tener como un concejal de a pie, como un hombre que llamaríamos de la calle.

Hagan las cuentas sumen ese, casi,13% y verán como la retribución económica del señor alcalde de Rivas es aún ligeramente inferior a la que tendría si no fuese alcalde. Y no sería blanco de libelos o de artículos no comprobados como el que aquí nos ocupa.

Que un grupo de concejales tránsfugas utilicen la desinformación y la falta de rigor para crear confusión es algo a lo que, por desgracia, estamos acostumbrados. Pero que medio serio como EL PAÍS no contraste suficientemente su información, en especial el señor G. Olaya, nos produce honda preocupación.

En aras de la veracidad informativa quiero aclarar que:

1. En el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid no hay 10 cargos de confianza, sino tres. Su subida de emolumentos ha sido la misma que la del colectivo de trabajadores.

2. El Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid no tiene ni coche oficial de alcaldía ni conductor asignado.

3. En ningún momento el señor alcalde de Rivas-Vaciamadrid ha pasado cargo alguno por desplazamientos de su domicilio a los despachos municipales o viceversa.

Por último, quiero invitar a don Vicente G. Olaya, firmante del artículo citado, a que me aclare el concepto de "sueldo de legislatura" que utiliza en su escrito, pues puede tener una interpretación muy variopinta, si no claramente tendenciosa, y desde luego de un amarillo cadmio subido.Fausto Fernández Díaz es concejal delegado de personal en nombre del equipo de Gobierno QU-PSOE), y grupo municipal independiente (AIRV) y grupo Municipal verde.