El rechazo del ataque final a la segunda ciudad de Georgia, balón de oxígeno para Shevardnadze
Las fuerzas gubernamentales de Georgia rechazaron ayer una ofensiva lanzada por los partidarios del ex presidente Zviad Gamsajurdia contra Kutaísi, la segunda ciudad en importancia de la república caucásica de la antigua URSS, y pasaron al contraataque, liberando las ciudades de Lanchuti y, según algunas fuentes, Poti y Joni. Los zviadistas atacaron Tsjaltubo, una ciudad a sólo 10 kilómetros al noroeste de Kutaísi. Rusia se decidió ayer a escuchar los desesperados llamamientos de ayuda de Shevardnadze y anuncié el despliegue de tropas para proteger una vital vía férrea georgiana.
Los seguidores de Gamsajurdia no pudieron romper las líneas de defensa de los soldados leales al ex ministro de Exteriores de la URSS, Edvard Shevarnadze, que, ha recibido un balón de oxígeno. Los combates comenzaron ayer a las 10 de la mañana con bombardeo artillero y el uso de tanques y carros blindados por ambas partes. Los zviadistas, que últimamente han obtenido varias victorias en Georgia Occidental, fueron esta vez rechazados. El Ministerio de Defensa informó de pérdidas considerables tanto en las fuerzas de Gamsajurdia como en las gubernamentales georgianas.Mientras tanto, a Kutaísi llegaron refuerzos frescos para organizar la defensa de esta importante ciudad. Gueorgui Karkaraslivili, el titular de Defensa, se encuentra en Kutaísi para intentar impedir su caída, que significaría una derrota funesta para el régimen de Tbilisi.
La desesperada situación del Gobierno georgiano ha obligado a Shevardnadze a lanzar un dramático llamamiento de socorro y pedir ayuda militar tanto a Rusia como a sus vecinos armenios y azerbaiyanos. Pero los dos últimos están enzarzados en una guerra entre sí y es prácticamente imposible que puedan acudir en ayuda de Shevardnadze.
La respuesta de Rusia llegó por fin ayer. Una nota del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores anunció el despliegue de tropas para proteger una importante vía férrea en la zona, que une las capitales de Georgia, Armenia y Azerbaiyán. Tres columnas de blindados rusos llegaron el miércoles a los alrededores de Kutaísi. Según Rusia, el despliegue de tropas se enmarca dentro de una misión de "mantenimiento de la paz". "Esta acción responde a la demanda del Gobierno legítimo de Georgia y en ningún caso puede considerarse como una intervención en los asuntos internos de un país independiente", dice el comunicado del Ministerio de Exteriores ruso.Previamente, el ministro de Exteriores ruso, Andréi Kózirev, había dado a entender que conjuntamente con otros países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) o de organizaciones internacionales podría enviar una fuerza para proteger, las vías de comunicación de Georgia.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia señalaron que las tropas rusas actuarán conjuntamente con las de Georgia, Armenia y Azerbiayán para garantizar la libre circulación de mercancías por la ruta ferroviaria que va desde Poti, en el rriar Negro, hasta la capital de Azerbaiyán, Bakú, a través de K utaísi y Tbilisi, en Georgia, y Yereván, capital de Armenia.
Suministro de pertrechos
Los puertos del mar Negro en Georgia son importantísimos, rito sólo para el abastecimiento de esta república, sino también para el de Armenia y Azerbaiyán. Es al puerto de Poti -hasta ayer en raanos de los zviadistas-, adonde llega la mayoría de los productos alimenticios para Yereván y Bakú. Además, la ruta Poti-Sanitredia-Tbilisí también es vital para garantizar el suministro de pertrechos a las tropas rusas que todavía se hallan emplazadas en Georgia. La importancia geopolítica de Georgia para Moscú siempre ha sido considerable. En las numerosas guerras que Rusia ha mantenido con los países asiáticos al sur de sus fronteras -principalmente Turquía e Irán, así como también Afganistán-, la cristiana Georgia ha servido a los rusos de base militar y cabeza de puente. Hoy, Georgia es un tapón natural entre estos países y Rusia, por lo que Moscú tiene muchos intereses estratégicos en esa república caucásica que no puede menospreciar.
Hasta ahora, los militares rusos se habían mostrado más que reticentes a secundar los llamamientos de auxilio del presidente georgiano.
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