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Rechazados y readmitidos

Los seis polizones del Herm Schepers no sólo han vivido una trágica aventura personal, sino que han sido objeto de un complejo entramado legal. Eso sí, al menos para ellos, con un final feliz.Primero fueron rechazados en el puerto de Sagunto (Valencia), el pasado 22 de agosto, en donde no se les permitió pisar tierra española. Después, tras 17 días de encierro y travesía, fueron admitidos cuando el barco estaba atracado en el puerto de Oporto (Portugal).

Los africanos, que fueron acogidos por el Gobierno español el pasado martes, son ahora peticionarios de asilo. La decisión sobre su solicitud depende de la Comisión Interministerial de Asilo y Refugio. Esta institución la forman los ministerios de Justicia, Interior, Exteriores, Asuntos Sociales, así como el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

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Mientras se resuelven sus solicitudes, que son estudiadas individualmente, los polizones han sido acogidos en el hostal Pintos de Pontevedra, que tiene un concierto con la Cruz Roja de esa localidad. Los africanos reciben un poco de dinero para sus gastos, algo de ropa y pensión completa.

Tanto la vigente Ley de Asilo y Refugio, como un proyecto de ley sobre el mismo asunto que espera todavía la aprobación del Parlamento, recogen el contenido del artículo primero de la Convención de Ginebra de 1951. Según este texto, por el que se rigen las legislaciones de casi todos los países comunitarios, los peticionarios deben demostrar que son perseguidos por razón de raza, etnia, ideología política o religión. En caso contrario, pueden ser repatriados.

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