Tierra estéril
Santiago Marraco, ex director general del Icona -el viernes fue designado el ecologista Humberto Da Cruz para ocupar este puesto-, opina que ha sido "un año menos malo que el año pasado, que ya había sido el menos malo" de los últimos tiempos. Y más si se compara con otros países mediterráneos. Según el Icona, en Italia se han quemado ya este año 160.000 hectáreas. Además, la extensión que ha ardido en España en lo que va de año representa un 0,22% de la superficie forestal nacional. La media de los últimos años en los primeros ocho meses ha sido del 1%.En un repaso de lo sucedido en julio y agosto, Marraco destaca como más graves los incendios producidos en la Comunidad Valenciana, en la cabecera sobre todo: "Son terrenos que arden cada pocos años. Eso, unido a que son zonas muy proclives a las tormentas otoñales, produce una brutal erosión y empobrecimiento del suelo. Incendios y gota fría forman un binomio trágico". La lluvia, lejos de ser beneficiosa, arrastra la tierra -erosión- y deja al aire la roca madre. Un 40% de la cubierta vegetal valenciana está afectada de desertificación.
Para el Icona, los más dramáticos son los incendios de la franja costera mediterránea, desde Tarragona hasta Málaga; que están dejando descarnado el suelo de toda esta zona, a merced de una brutal erosión que hace estéril la tierra.
Andalucía y la Comunidad Valenciana han sido las comunidades más castigadas. Juntas suman casi la mitad de la superficie arbolada calcinada en lo que va de año.
En Cataluña, la zona más afectada ha sido la de Vespella de Gaiá (Tarragona), donde ha llovido sobre quemado. Primero, las llamas arrasaron 800 hectáreas. El incendio causó la muerte de seis personas. Después, las lluvias torrenciales e inundaciones han descarnado la tierra. Nuevamente, peligro serio de erosión.
El otro incendio ecológicamente grave ha sido el de los puertos de Tortosa-Beseit, también en Tarragona, que ha devastado 900 hectáreas.
