_
_
_
_
_

Woody Allen, un director en desgracia

El cineasta norteamericano tiene serias dificultades para vender su última película

Tras perder contra su ex compañera -sentimental Mía Farrow la custodia de sus hijos en un desagradable juicio, el director de cine Woody Allen sigue sufriendo fracasos. Su última película, Manhantan murder mistery, que acaba de ser estrenada en Estados Unidos, está siendo totalmente ignorada por el público y las exhibidoras.La productora Tri Star, con la que trabaja habitualmente el director norteamericano, sólo ha realizado 250 copias de la película, pero están resultando ser demasiadas. Ninguna distribuidora parece estar interesado en colocarla. Incluso la crítica, ha recibido la nueva obra con el, peor de los adjetivos con los que se puede calificar a un filme: un escueto "no está mal",.

Ni siquiera el placer de ver a Allen reunido de nuevo con su ex musa y ex compañera Diane Keaton ha llamado la atención de los norteamericanos. La protagonista de Annie Hall recogió a última hora el papel que había sido escrito para Mia Farrow. En Manhattan mistery murder, Keaton interpreta el papel de esposa de Allen y se ve envuelta en la investigación de un asesinato cuando empieza a sospechar que su vecino ha asesinado a su mujer.

Lejos queda el morbo que despertó en el público la anterior producción de Allen, Maridos y mujeres, que fue estrenada poco después de que estallara el escándalo de las relaciones entre el cineasta y su hija adoptiva Soori Yin. Pero la película supuso unas pérdidas de 10 millones de dólares (1.420 millones de pesetas) para Tri Star. Esta productora ha invertido unos 20 millones de dólares (casi 3.000 millones de pesetas) en Manhattan mistery murder, más otros cinco millones de dólares en la promoción del filme. Ésta corre a cargo de Diane Keaton y de la otra protagonista de la película, Anjelica Huston. Allen, protagonista y director, permanece totalmente al margen. Para él no hay reportajes ni entrevistas en televisión.

Quizá por eso, Woody Allen viajó a Irlanda, donde Mia Farrow está rodando la película Widows speak, con la esperanza de ver a sus hijos pequeños, que han viajado con la madre. El que hasta hace un año era un acérrimo defensor de su intimidad contó, con pelos y señales, a los periodistas locales sus tristezas y la inmensa nostalgia que siente por los niños.

A pesar de sus demostraciones de ternura, la vocación paternal del director será para siempre recordada por los norteamericanos por los calificativos que le dedicó el juez que decidió retirarle la custodia de sus hijos: Allen es un hombre poco interesado por la vida de los niños y no muestra las cualidades básicas para ser un buen padre. Mientras a Farrow se le suceden las ofertas para rodar nuevas-películas, Woody Allen se ha convertido en un director en desgracia. Prueba de ello es que Tri Star "le ha liberado" de rodar las tres películas previstas en su contrato.

Tampoco en su vida privada las cosas parecen irle mejor: su novia, Soori Yin, de 21 años, decidió hace unas semanas dejar de compartir el ático de Allen en Central Park y alquilar un apartamento para tener más independencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_