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España pide a la CE que baje los baremos de calidad del agua

Raúl Limón

Responsables del Ayuntamiento de Sevilla y de la Consejería de Salud del Gobierno de Andalucía han confirmado la mala calidad del agua consumida por la población, por debajo de los índices marcados por la normativa comunitaria. Sin embargo, la Junta considera elevados estos índices guías de la CE y anunció que el Estado ha propuesto su modificación. Corporación local y Junta han garantizado la potabilidad del agua.A pesar de las garantías de potabilidad, el agua embotellada se ha convertido en los últimos ocho meses en un elemento de primera necesidad en Sevilla. Su venta se ha disparado entre un 500% y un 1.000%, según los establecimientos. El consumo medio de una familia de dos hijos es de seis botellas diarias. Una quincena de marcas desconocidas procedentes de manantiales de Valencia y Cataluña se han incorporado al mercado andaluz, dominado hasta el año pasado por empresas de Granada y Málaga. Los comercios han multiplicado su oferta, y los precios han bajado.

Un 60% de los consumidores prefiere las marcas más baratas, pero un 20% identifica nombre conocido con calidad. Sin embargo, los usuarios recientes buscan los bajos precios.

Medidas idílicas

El delegado de Salud de la Junta de Andalucía en Sevilla, José Manuel Cabrera, confirmó ayer que algunos parámetros del agua de Sevilla están por encima de los índices de por la CE.Cabrera llegó a calificar las medias comunitarias de "idílicas" y aceptó que la, concentración de elementos, como el cloruro, están excluidos por ley, que amplía la banda de valores extremos permitidos. En este sentido, no descartó nuevas excepciones para adecuar el agua de Sevilla a los límites legales. A pesar de todo, Cabrera aseguró que el agua que se consume es potable, mejor que la calificada de sanitariamente permisible que se da en otras poblaciones, y garantizó su calidad física.

También respaldó la potabilidad el presidente de la empresa municipal de agua, Emasesa, y teniente alcalde del Ayuntamiento de Sevilla, José Hurtado, que reconoció la baja calidad del líquido que se distribuye. Hurtado pidió una acción urgente de las administraciones para evitar vertidos contaminantes al Guadalquivir y construir el proyectado pantano de Melonares.

Sobre el establecimiento de posibles nuevas restricciones, Hurtado, aunque calificó la situación de grave, aplazó una decisión hasta comprobar cómo llueve en otoño.

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El coordinador de la Confederación Ecologista Pacifista de Andalucía (CEPA), Francisco Casero, integrante en las mesas para el pacto andaluz por el agua, reclamó medidas para incentivar el ahorro y descalificó la política de creación de nuevos pantanos, al considerar que las deficiencias son de lluvias y no de embalses.

El presidente de la Federación Andaluza de Consumidores y Usuarios, Francisco Sánchez Legrán, reclamó mayor información sobre la calidad del agua y dudó de la bondad del consumo alternativo de agua envasada que, según las marcas, presentan concentraciones de componentes dañinas para determinadas personas.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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