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EDUCACIÓN

Mitterrand retrasa hasta el otoño la aprobación de la ley sobre financiación pública de la enseñanza privada

François Mitterrand usó ayer por primera vez sus prerrogativas presidenciales para oponerse a un deseo del primer ministro Edouard Balladur. El asunto escogido por el presidente- socialista fue altamente simbólico: el proyecto de ley aprobado el pasado lunes por la Asamblea Nacional que autoriza a los ayuntamientos y organismos provinciales y regionales a financiar la construcción de centros privados de enseñanza y subvencionar sus actividades. Este texto indigna a la izquierda, que lo interpreta como "una puñalada" a la tradición republicana de promocionar la enseñanza pública y laica.En realidad, Mitterrand no hizo sino retrasar hasta el otoño la definitiva aprobación de la ley. Tras ser aprobado el pasado lunes en la Asamblea Nacional por la aplastante mayoría de centro derecha, el texto debía ser votado en el Senado, cámara en la que los gaullistas y centristas también tienen la mayoría absoluta. Ahora bien, la sesión parlamentaria francesa terminó la pasada medianoche sin que la ley hubiera podido llegar al Senado.

Como todavía quedan pendientes de aprobación parlamentaria muchas iniciativas legislativas del Gobierno, Balladur pidió ayer a Mitterrand que convocara una sesión extraordinaria de las cámaras para la primera quince na de julio. El presidente es el único autorizado a adoptar esta medida y él es el que decide el orden del día de esta "prórroga" del trabajo parlamentario Mitterrand aceptó la demanda de convocar la sesión extraordinaria, pero se negó a incluir en su agenda la ratificación por el Se nado de la ley sobre la financia ción de la enseñanza privada. Este fue el motivo dado por el presidente a su primer ministro:

"No veo la menor urgencia en reformar una ley que tiene 143 años de antiguedad". El texto del Gobierno de Balladur modifica la llamada ley Falloux, de 1850, que limita a un 10% el máximo de financiación pública de los centros privados de enseñanza. Una vez aprobado el proyecto, los municipios y los poderes regionales podrán financiar las escuelas e institutos privados tanto como deseen. La única condición será que el dinero gastado en la enseñanza privada, católica en su inmensa mayoría, no supere el destinado a la pública.

Conflicto con Balladur

Es la primera vez que Mitterrand se opone a un deseo del primer ministro gaullista Balladur, con el que desde hace tres meses mantiene una cohabitación apacible, casi una "luna de miel". Ambos se piropean mutuamente y se reparten las tareas del siguiente modo: Balladur es el único responsable de todo excepto de la política exterior y la defensa, terrenos éstos en los que consulta al presidente.La ley de financiación de la enseñanza privada provocó una dura resistencia de la izquierda en el Parlamento. Socialistas y comunistas presentaron sin éxito más de 3.000 enmiendas. Denunciaban que esta iniciativa rompe la tradición republicana de una enseñanza pública y laica financiada por el Estado y una enseñanza privada Financiada por los particulares. La izquierda aseguró que el fiel de la balanza de la vieja "guerra escolar" francesa se inclina del lado de la enseñanza religiosa. "Como el dinero está contado, toda financiación adicional de la enseñanza privada se hará en detrimento de la pública", afirmaron los portavoces de la oposición.

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