División en el jurado
Uno de los miembros del jurado que le concedió al libro de Torcuato Luca de Tena Franco, sí, pero... el Premio Espejo de España 1993 de la editorial Planeta, el historiador José Alcalá Zamora y Queipo de Llano, dice que hubo divisiones antes del fallo. "No es un asunto especialmente grato, lo que ocurre es que los jurados son solidarios y por razones de elegancia tengo la obligación de callar", dijo ayer. Respecto al contenido, Alcalá Zamora añadió: "En este libro hay referencias a mi abuelo de lo más desagradables para mí".Sobre Niceto Alcalá Zamora, primer presidente de la Il República, Luca de Tena dice que conserva un discurso que escucha cuando está deprimido "por sus virtudes hilarantes". "Los discursos de don Niceto", se lee en el libro, "eran floridos como una primavera de Rusiñol, barrocos como un delirio de Churriguera, poblados de tropos, metonimias y figuras literarias retorcidas como orquídeas artificiales confeccionadas en papel rizado. Parecían compuestos para ser leídos en unos juegos florales, sobre un escenario decorado con guirnaldas y farolillos chinos y coreado por pájaros cantores".
Fundamentar
Otro miembro del jurado, el economista Juan Velarde Fuertes, tampoco quiso tras su concesión explicar los pormenores que llevaron al jurado a premiar una obra que ha tenido que ser modificada en su segunda edición por falta de base histórica. Velarde Fuertes justificó entonces el galardón porque la obra "es una aportación interesante sobre el papel de la monarquía colaboracionista con el régimen anterior". Respecto a las afirmaciones sobre Alberti vertidas en la primera edición, dijo: "Cuando se hace una acusación histórica hay que fundamentarla".Los componentes del jurado restantes fueron los escritores Agustín Sánchez Vidal y Antonio Prieto, el editor de Planeta, José Manuel Lara y el director literario de esta firma, Rafael Borrás.
