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'RAYUELA' CUMPLE 30 AÑOS

La viuda de Julio Cortázar dona su biblioteca a la Fundación March

4.000 volúmenes que reúnen a cientos de autores revelan la pasión de un lector

Guillermo Altares

"Hay que leer a Cortázar". Éste es el lema del cartel que ha realizado Eduardo Arroyo para conmemorar los 30 años de la aparición de uno de los libros más emblemáticos del escritor aregentino, Rayuela. Otro lema, "Recordando a Cortázar", preside la serie de actos que se inician hoy en Madrid, organizados por la Fundación March y por la editorial Alfaguara, para conmemorar el acontecimiento. Y lo más importante: Aurora Bernárdez, viuda de Cortázar, dona la biblioteca del escritor, los 4.000 libros que tenía en su apartamento de París, a la Fundación March. Y además, Alfaguara reedita toda la obra del escritor. Todo un festival literario para no olvidar a Cortázar.

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No es la biblioteca de un erudito. Son los libros de un gran lector que además se llamaba Julio Cortázar. En su biblioteca, como en su obra, se puede encontrar de todo: desde Bukowski hasta la Metamorfosis de Ovidio, desde Miguel Angel hasta los hermanos Marx, Pierre Louys y Willam Burroughs, Heráclito y, Ambrose Bierce. Saltando de una época a otra, de género en, género, se llega hasta los 4.000 volúmenes que abarcan ciento de autores.Le gustaban las ediciones de bolsillo, en las que imprimía su ex libris (la firma y la fecha) y que muchas veces cargaba de anotaciones diversas. Las joyas bibliográficas son escasas, aunque se puede encontrar alguna: un poema visual, 720 círculos, con las instrucciones para su lectura, o una separata de la Revista Iberoamericana que incluye el capítulo 126 de Rayuela, que Cortázar suprimió de la edición original del libro. Se trata de la biblioteca de un lector, no de un coleccionista.

Cortázar sentía una debilidad, por las antologías de historias de terror; pero no sólo por los clásicos de la novela gótica o por los grandes autores del género, sino también por las ediciones inglesas de bolsillo que narran, generalmente sin escatimar detalles escabrosos, crímenes famosos o que aúnan cuentos de escritores excelentes, buenos y mediocres. La poesía, la literatura erótica, los clásicos, la novela francesa contemporánea son también temas recurrentes entre sus libros.

Cuando escribía le gustaba jugar con los libros, y también cuando leía: sobre su portada de la edición de bolsillo del Drácula de Bram Stoker, en la que aparece un típico vampiro, seguramente sacado de alguna película de la Hammer, alguien dibujó bigotes, barba y gafas.

Las obras de sus coetáneos y de algunos compañeros del boom están muchas veces dedicadas: Vargas Llosa, Octavio Paz, Lezama Lima (sus dedicatorias ocupan casi toda la página), García Márquez, Adolfo Bioy Casares, Rafael Alberti o Juan Carlos Onettí ("Para Julio Cortázar, que abrió un boquete respiratorio en la literatura, tan anciana la pobre", le escribe el novelista uruguayo).

Los libros del propio Cortázar ocupan un lugar aparte: cientos de ediciones en decenas de lenguas (desde el hebreo al ruso, pasando por el japonés o el polaco), varios volúmenes de sus traducciones más famosas (Las memorias de Adríano, de Marguerite Yourcenar, o los Cuentos, de Edgar Allan Poe) y un puñado de escritos críticos sobre su obra.

"Olvidado pero inolvidable"

La Fundación Juan March y la editorial Alfaguara han organizado para hoy (Fundación March, en Madrid, a las 19.30 horas) el acto Recordando a Cortázar, durante el que Aurora Bernárdez, donará la biblioteca de Cortázar a la citada institución. A partir de mañana, el poeta y ensayista argentino Saúl Yurkievich, amigo personal del autor de El libro de Manuel, impartirá cuatro conferencias bajo el título genérico de Julio Cortázar: sus mundos y sus modos.

El acto coincide con la publicación por parte de Alfaguara de una nueva edición de Rayuela, que ya se puede encontrar en las librerías, y del resto de las obras de Cortázar (Libro de Manuel, Historias de famas y de cronopios, Un tal Lucas, Alguien que andaba por ahí y Final del juego, entre otras), cuya edición se producirá a lo largo de 1993. "Queremos que sea imposible que alguien diga que no se puede encontrar a Cortázar", asegura el responsable editorial de Alfaguara, Juan Cruz, para el que resulta imprescindible revitalizar la obra del escritor ante el público español. "Es un autor olvidado pero inolvidable", aseguró.

Alfaguara también ha anunciado que en 1994 editará la obra crítica completa de Cortázar, que incluye algunos textos inéditos y otros estudios desperdigados del escritor argentino, nacido en Bruselas en 1941 (su padre era diplomático) y fallecido en París en febrero de 1984. Además la editorial tiene previsto sacar una edición de Rayuela con una cinta en la que el propio Cortázar recita algunos capítulos del libro.

El acto de hoy comenzará con unas palabras de Aurora Bernárdez y con una intervención del escritor José María Guelbenzu. A continuación, el actor José Luis Gómez interpretará el capítulo 7 de Rayuela, uno de los más célebres de la obra. Para terminar, Pedro Iturralde (saxo) y Horacio Icasto (piano) ofrecerán un recital de jazz, género al que Cortázar era un gran aficionado.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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