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Los socialistas acusan a Aznar de cuadruplicar la deuda de Castilla y León durante su mandato

El secretario regional del PSOE de Castila, y León, Jesús Quijano, acusó ayer al presidente del Partido Popular (PP) José María Aznar, de haber multiplicado por cuatro el endeudamiento de la comunidad castellano-leonesa durante los dos años en que la presidió (de julio de 1987 a septiembre de 1989), de duplicar los gastos de la presidencia, aumentar en un 40% los de personal y comparecer sólo una hora y media en el Parlamento regional durante ese periodo. Quijano justificó para contrarrestar el "mensaje equívoco" que el PP está haciendo del modelo de gestión de su líder.

El secretario regional del PSOE de Castilla y León calificó a Aznar de "producto de la imagen" y le acusó de "utilizar a Castilla y León como plataforma para su carrera política". "En su paso por la presidencia, se caracterizó por poseer escasos recursos políticos, cumplir bien la función destructiva y carecer de imaginación política", añadió Quijano.Según el informe presentado ayer a los medios de comunicación, elaborado con datos ofíciales de la Junta de Castilla y León, "Aznar prometió austeridad, pero luego multiplicó por cuatro el endeudamiento de la comunidad autónoma; se pasó de los 7.268 millones de deuda pública acumulados en el periodo 83-87 a 27.400 millones en los dos años de gestión de Aznar". La cifra de endeudamiento se multiplica por cinco si se tiene en cuenta que 1987 fue un o puente, explicó posteriormente Quijano.

El gasto del área del servicio de la Presidencia se duplicó en el bienio de Aznar. "De 156 millones se pasó a 293, con el objetivo de consolidar una imagen pública", señala el informe. "Los gastos de personal crecieron, en ese mismo periodo, en un 40% sin que aumentaran las competencias de la comunidad", sigue diciendo. Respecto a la prometida eficacia de la gestión del gasto, el informe señala que en la etapa de Aznar la Junta de Castilla y León "ejecutó nueve de cada diez pesetas presupuestadas para personal y gastos, pero sólo una de cada dos pesetas presupuestadas para inversión".

En cuanto a la política de empleo, el informe dice que, mientras en el resto de España el empleo creció en 400.000 personas entre 1987 y 1989, en la comunidad castellano-leonesa disminuyó en 2.000 personas.

"Ingresos irreales"

Respecto a la política presupuestaria, el informe la considera "ficticia". "En tomo a la mitad de los ingresos que la Junta computaba eran irreales", se asegura. En cuanto a las políticas sectoriales en materia de Agricultura y Vivienda "se perdió peso". "Jesús Posadas, también del PP y sucesor de Aznar en la presidencia, se vio obligado a rectificar esta política, lo que le costó el puesto", manifestó Jesús Quijano. El informe denuncia también el incumplimiento de la promesa de Aznar de descentralizar competencias de la comunidad autónoma a los municipios. "En sus dos años de mandato, no transfirió un solo servicio o unidad administrativa a diputaciones o ayuntamientos.Las acusaciones se extienden también a la política parlamentaria de Aznar: "Llegó a bloquear cualquier debate parlamentario sobre el estado de la región en sus dos años de Gobierno y sólo tuvo 90 minutos de intervención en el Parlamento regional". El informe denuncia, asimismo, que Aznar sólo presentó uno de los 10 proyectos de ley prometidos en su investidura. La política partidista de Aznar no está exenta de críticas en el informe. "Prometió modernizar su partido y lo que hizo fue recuperar lastre", señaló Quijano, y citó como ejemplos a los alcaldes de Burgos, José María Peña, y de León, Juan Morano. Quijano hizo una referencia al caso de la construcción de Burgos "en cuyos considerandos aparece Aznar", pero el secretario general de los socialistas castellano-leoneses dijo que "este informe no pretende mover asuntos turbios, sino presentar datos".

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"Los intentos de enmascaramiento de esta realidad por parte de la Junta se han traducido especialmente en la ocultación sistemática de datos", agregó. "Así, el Tribunal de Cuentas reconoce que no ha podido analizar el grado de eficacia y economía en la gestión de los servicios públicos, así como de la consecución de los objetivos programados, al no haber remitido la comunidad los documentos necesarios, exigibles por la Ley de Hacienda de la comunidad".

Quijano, que admitió que la intención del informe era contrastar la buena imagen de la gestión de Aznar en Castilla y León, aprovechó también la oportunidad del momento de su publicación" para realizar una nueva crítica: "Nos hubiera gustado que el balance de esta gestión hubiera podido discutirse en su día en las Cortes de Castilla y León. No fue posible, porque nunca hubo un debate del estado de la región y porque, después del debate de investidura, la única hora que dedicó José María Aznar a hablar, en dos años, en las Cortes de Castilla y León, no se dedicó precisamente a su gestión, sino a un conjunto de microintenciones sobre diversos temas no demasiado conectados con su programa de Gobierno".

El secretario general de los socialistas castellano-leoneses concluyó que "Aznar ganó la batalla de la imagen frente a la realidad de la gestión, que se caracterizó por ser una etapa desastrosa por vacía".

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