Los empresarios del acero elaboran un plan para la privatización de Ensidesa- AHV
Las grandes empresas españolas del acero -Aristráin, Celsa, Marcial Ucín, Sevillana y Megasa- elaboran un plan alternativo para la siderurgia española cuya aplicación supondría la práctica privatización de la Corporación de la Siderurgia Integral (CSI), que engloba a Ensidesa y Altos Hornos de Vizcaya (AHV). Representantes de la asociación de empresarios de¡ acero Siderinsa se entrevistan hoy, lunes, en Bruselas con el comisario de la Competencia, Karel van Miert, para exponer el proyecto, cuya aplicación reduciría considerablemente la ayuda pública prevista.
Las empresas privadas del acero, que representan más del 60% de la producción nacional, pretenden trocear Ensidesa y adjudicarse las distintas divisiones de productos largos (alumbrón, estructurales- y corrugado), al margen de la actividad típica de la cabecera en productos planos (bobina caliente, chapa y chapa gruesa). Este plan reduciría la capacidad productiva de Ensidesa-AHV mucho más de lo que pretende el plan de la CSI, sería consonante con la línea de lo que exige Bruselas y permitiría disminuir de forma considerable las aportaciones previstas por el Gobierno con cargo al presupuesto del Estado. Con su aplicación, el propio sector asumiría parte de los ajustes a cambio de mejorar su posición en el mercado interior.El plan privado del acero, sobre el que Siderinsa sólo se ha manifiestado oficialmente de forma muy fragmentaria, está ampliamente consensuado entre los grandes patronos del sector privado, cuya primera empresa es Celsa, un holding controlado por el empresario Francisco Rubiralta y en cuya órbita se engloban Nueva Montafia Quijano, Nervacero, Torras Herrería y Siderurgia del Besós.
Aristrain -núcleo familiar de, Javier Imaz-, Marcial Ucín -controlada por Pedro Ucín, Jesús Guibert y parte del antiguo grupo Olarra-, la sociedad gallega Megasa -familia Freire- y Sevillana -bajo el control mayoritario de la multinacional italiana Riba- conforman el resto del sector.
El acero español experimentó la primera gran reconversión en los ochenta, con la extinción de la cabecera de Altos Hornos del Mediterráneo; la desaparición de Aceros Corrugados, Sidegasa y Artierro; el cierre del tren BK en Ensidesa, y el ajuste perinanente en AHV. El coste supuso un billón de pesetas para el erario público a lo largo de la pasada década.
En opinión de las centrales sindicales, el proyecto actual de los privados -alternativo al del Gobierno, que fue rechazado por Bruselas- no disminuiría el ajuste laboral revisto por Industria para la CSI. El plan de la CSI presentado por España establece una reducción de la producción de 900.000 toneladas de acero, un ajuste de 9.707 empleos y ayudas por valor de 600.000 millones. Los sindicatos, en especial
ELA-STV, condicionan su apoyo al proyecto del Gobierno a que se mantenga la promesa de construir una acería compacta.
El segundo tramo del plan de los privados, en los términos previstos por el sector, exigiría una redefinición del papel de Ensidesa-AFIV. En este sentido, algunas grandes empresas coinciden en que una vez segregada la producción de acero común las restantes instalaciones de la cabecera del grupo público podrían ser vendidas en condiciones favorables a determinadas empresas multinacionales que han mostrado interés en los últimos tiempos, como la francesa Usinor y la británica British Steel.
El sector inicia hoy su negociación en Bruselas de acuerdo con los lobbies europeos del acero. Las empresas privadas se han sumado al frente común con los grandes grupos europeos del acero, lo que ha originado una dura reacción del Ministerio de Industria, hasta el punto de señalar al presidente de Siderinsa, Javier Penacho, como persona no grata, acusándole de defender intereses sectoriales similares a los de las empresas competidoras extranjeras, señala Servimedia.
Siderinsa ha escogido la vía de Bruselas, anticipándose a la reunión del próximo miércoles del Consejo de Ministros de Industria de la CE, en la que se debatirá el tema del acero.
