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Los obispos paralizan una maniobra de Suquía para controlar la secretaría general

El cardenal Ángel Suquía, ex presidente de la Conferencia Episcopal, maniobró el pasado jueves para colocar a su candidato, Santiago García Aracil, obispo de Jaén, como secretario general del episcopado. El intento no prosperó. La plenaria continuó ayer eligiendo presidentes de comisiones y está previsto que hoy vote nuevo secretario general.

Suquía intentó la maniobra durante la sesión reservada que mantuvieron los obispos tras la elección de Luis Gutiérrez, auxiliar de Madrid, como nuevo secretario general. Gutiérrez no aceptó el cargo, en un hecho insólito, ante las recomendaciones del nuncio en España, Mario Tagliaferri, con quien, según algunas fuentes, despachó, y las presiones del cardenal Suquía, que planteó al candidato electo su condición de imprescindible en la diócesis de Madrid. Suquía dejará el arzobispado este año.En la sesión reservada, no exenta de fuertes tensiones y que evidenció la existencia de sensibilidades opuestas en el episcopado español, Suquía -o su entorno, según fuentes eclesiales- planteó la conveniencia de votar la elección del nuevo secretario general sobre los tres candidatos restantes, dos propuestos por la comisión permanente y uno promovido por 10 obispos.

En la práctica, la votación sólo podía realizarse sobre un candidato: Santiago García Aracil, obispo de Jaén promovido por el sector de Suquía. García Aracil había obtenido 22 votos frente a los 49 conseguidos por Gutiérrez. El argumento utilizado por Suquía ante Gutiérrez neutralizaba la posible elección de Javier Martínez, promovido por un grupo de 10 obispos y también auxiliar de Madrid. El otro candidato, propuesto, como Gutiérrez, por la permanente con el respaldo del grupo de obispos de sensibilidad más abierta, era Lluís Martínez Sistach, obispo de Tortosa y que ya había planteado con anterioridad a la votación su decisión de no optar al cargo.

Nueva terna

El sector que apoyó por la mañana la elección de Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza, y Fernando Sebastián, arzobispo coadjutor de Granada, como presidente y vicepresidente, respectivamente, impidió que prosperara esta operación. Defendió la elección de los presidentes de las 15 comisiones episcopales que integran la Conferencia y la constitución posterior de la comisión permanente, que debe elaborar una nueva terna, sobre la que hoy se escogerá secretario. También pueden proponerse candidatos respaldados por 10 obispos.Los prelados siguieron ayer eligiendo presidentes de comisiones episcopales. Josep Maria Guix (Vic) era reelegido al frente de la Pastoral Social, y Ramon Torrella (Tarragona) en la de Relaciones Interconfesional. Un obispo del sector abierto, Rafael Torija (Ciudad Real), desplazaba de la presidencia de la Comisión de Seminarios y Universidades a Antonio Rouco (Santiago de Compostela), tenido por restauracionista. Carlos Amigo (Sevilla) accedía a la de Obispos y Religiosos, Antonio Montero (Badajoz) a Medios de Comunicación, Antonio Dorado (Cádiz) a Enseñanza, José Diéguez (Orense) a Misiones, José Sánchez (Sigüenza, Guadalajara) a Migraciones. Antonio Vilaplana (León) accedía a Patrimonio Cultural, Victorio Oliver (Albacete) a Apostolado Seglar. Al frente de Doctrina de la Fe fue, elegido Ricardo Blázquez (Palencia), considerado un obispo del neoconservador movimiento neocatecumenal. La plenaria aprobará esta semana su primer documento sobre la unidad de Europa, que urgirá a adoptar una ética europea, aunque no aborda xenofobia ni racismo.

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