_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Juan Negrín y la Residencia de Estudiantes

El martes 1 de diciembre tuvo lugar en la Residencia de Estudiantes un homenaje al fisiólogo español Juán Negrín, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. La figura de Negrín -sin duda una de las personalidades más relevantes de la ciencia española del siglo XX- quedó oscurecida por su proyección política.

Juan Negrín López (Las Palmas, 1892-París, 1956) es una de las figuras destacadas de la ciencia española del siglo XX. Sus aportaciones como investigador y como organizador y renovador de las instituciones científicas de su tiempo han quedado injustamente oscurecidas por. la preponderancia que en el conocimiento público de su figura ha tenido su participación en la vida política española del primer tercio de siglo, especialmente en la guerra civil de 1936, durante la que fue primer ministro del Gobierno de la República desde mayo de 1937 hasta el final de la contienda.Tras terminar el bachillerato precozmente, con 14 años, marcha a Alemania para estudiar Medicina, primero en Kiel y luego en Leipzig, donde se doctora en 1912, con 20 años. Se especializa en fisiología con Theodor von Brücke, uno de los fisiólogos más destacados del momento, en el Instituto de Fisiología de la Universidad de Leipzig. Allí comenzó sus investigaciones y experiencia, docente en esta disciplina, permaneciendo hasta 1915, cuando, ante las adversas circunstancias planteadas por la guerra, regresa a España.

A este periodo alemán se atribuye, además del arraigo de su vocación científica, su convicción socialista, ya que el socialismo estaba muy extendido en los medios universitarios alemanes. Juan Marichal destaca que, a diferencia de otros españoles de la generación del 14 que también tuvieron su experiencia alemana y europea, Negrín "había cursado todos sus estudios universitarios en Alemania y, además, había hecho trabajos de investigacion posdoctoral durante casi cinco años", y "era, por tanto, uno de los jóvenes españoles más enteramente y más normalmente europeos".

Las relaciones institucionales de Negrín con la ciencia de su país de origen, y en concreto con el organismo clave en el proceso de modernización científica que tuvo lugar en España durante el primer tercio del siglo XX, la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, se remontan a 1911.

En ese año, cuando estaba finalizando sus estudios de la carrera de Medicina en Alemania, obtuvo de la Junta la "consideración de pensionado" (un título que la Junta otorgaba a quienes por tener medios económicos suficientes no podían recibir becas o pensiones y que equivalía al reconocimiento oficial de su ampliación de estudios en el extranjero).

Tras regresar a España, solicita, en febrero de 1916, una beca de la Junta para continuar sus investigaciones en algunos de los mejores centros de fisiología de EE UU. Pero, a instancias de Ramón y Cajal, y para aprovechar el potencial del prometedor científico que había visto interrumpida su carrera profesional en Alemania, ese mismo año la Junta crea el Laboratorio General y se encomienda a Negrín, con 24 años, su dirección.

Docencia e investigación

El Laboratorio de Fisiología General se instaló en la Residencia de Estudiantes, en la planta baja del pabellón conocido como Transatlántico, donde ya existían otros laboratorios destinados a proporcionar una enseñanza práctica y experimental a los estudiantes de Medicina residentes y otros alumnos interesados, como el Laboratorio de Anatomía Microscópica, dirigido por Luis Calandre, o el de Química General.

A éstos se sumarían otros en los años siguientes, entre los que destaca el Laboratorio de Histología de Pío del Río-Hortega. Tanto en el laboratorio de Negrín como en el de Río-Hortega la función docente se compatibilizó con la investigación. La producción científica de ambos centros estuvo entre la de mejor nivel dentro de la investigación española en ciencias biomédicas de aquel tiempo.

En los laboratorios de la Residencia, además de la tantas veces citada interacción entre científicos, humanistas y artistas, se produce una interesante comunicación personal y científica entre los propios laboratorios, de la que hay testimonios, por ejemplo, de Pío del Río-Hortega, que se refiere al "grupo de la Residencia".

José Puche, uno de los investigadores que se formó junto a Negrin, cuenta cómo, en un rincón del laboratorio, "después de la refacción, un grupo de amigos solíamos charlar despreocupadamente ante unas tazas de buen café preparado al uso de la Gran Canaria", mientras se ojeaban libros y revistas recientes "de primer orden" seleccionadas por Negrín.

Un buen número de investigadores, incluyendo figuras de talla internacional, como Severo Ochoa, Francisco Grande Covián y Blas Cabrera (hijo), se formaron y realizaron sus primeros trabajos de investigación en los laboratorios de la Residencia. Junto a Negrín, en los primeros años, trabajaron José María Corral, José Domingo Hernández Guerra y José Sopeña. Hernández Guerra fue el colaborador más cercano de Negrín en el laboratorio, al que acudió desde su creación en 1916, primero como estudiante y luego como instructor de prácticas, investigador y tutor de investigadores más jóvenes en formación. Fue, además, residente durante todo este periodo hasta su prematura muerte, ocurrida en 1931.

Formación de una escuela

En 1922, Negrín gana la Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina de Madrid y organiza allí las clases prácticas de esta asignatura, que dirige Hernández Guerra. Como consecuencia, el Laboratorio de Fisiología puede dedicarse más claramente a la investigación y formación de investigadores. En este periodo se unen al laboratorio Rafael Méndez y Ramón Pérez Cirera. También trabajan en el laboratorio, entre otros, José María García-Valdecasas, José Puche, Pedro de la Barreda y José Manuel Rodríguez Delgado.

Los temas de investigación que se desarrollaron en el Laboratorio de Fisiología General corresponden a cuestiones centrales de la fisiología del momento (relaciones entre los sistemas endocrino y nervioso, acción de las glándulas de, secreción interna, bioquímica de vitaminas y bioelementos) y la metodología empleada está al día e incluso es innovadora.

Aunque la producción científica de Negrín no es muy amplia si se mide en número de publicaciones, sí lo es la de su escuela, ya que una de las características del Laboratorio de Fisiología es que formó una auténtica escuela de investigadores. Es éste un logro que debe valorarse especialmente, habida cuenta de la dificultad que tradicionalmente ha existido para la formación de escuelas consistentes en la ciencia española. La mayoría de sus discípulos se formaron extensamente en el extranjero, en gran parte con pensiones de la Junta. La calidad de la que puede llamarse escuela de Negrín se demuestra en el hecho de que sus integrantes fueran ocupando diferentes cátedras y puestos académicos de responsabilidad. A la labor de estos hombres, y al esfuerzo paralelo de la escuela de Augusto Pi i Sunyer en Cataluña, se asocia una fase renovadora y de desarrollo de la fisiología en España.

Como consecuencia de la guerra civil de 1936, esta escuela quedó prácticamente desmantelada, un fenómeno común a casi toda la actividad científica, pero que tuvo especial incidencia en esta disciplina. Ya en el exilio, la calidad del grupo se vuelve a manifestar en la trayectoria profesional y científica de, muchos de sus integrantes, varios de los cuales pudieron retomar y desarrollar la labor investigadora iniciada en España. A este respecto son de obligada mención las investigaciones en biología molecular desarrolladas en Estados Unidos por Severo Ochoa, que le valieron el Premio Nobel de Medicina y Fisiología de 1959.

Además de su labor investigadora y docente, Negrín destacó como un organizador eficaz, no sólo en los laboratorios de la Junta y en la Facultad de Medicina, sino también en la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria, de la que fue secretario ejecutivo desde 1927 hasta la guerra civil, impulsando decisivamente sus realizaciones.

La proclamación de la República en 1931 marca su dedicación plena a la política, que adquiriría tintes dramáticos con el estallido de la guerra civil, durante la cual asume responsabilidades de gobierno, primero como ministro de Hacienda y luego como primer ministro hasta el final de la contienda.

Sus decisiones políticas, tanto durante la guerra como en el exilio, han sido muy discutidas y atacadas desde diversas posturas. La interpretación que hace Juan Marichal de Negrín como intelectual y político parece bastante clarificadora en este sentido, al reivindicar la honradez política e intelectual como rasgo fundamental de su actuación pública y al situarla en el contexto de la percepción que Negrín tenía de la guerra española como algo indisociable de la situación europea. Juan Negrín murió en París el 12 de noviembre de 1956.

es investigador y documentalista científico de la Residencia de Estudiantes.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_