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10 ex prostitutas darán información sanitaria y social a mujeres que ejercen 'la profesión'

Hace un tiempo decidieron dejar la prostitución, no sin afrontar incomprensiones, dudas y amenazas. Pronto regresarán a las mismas calles calientes que abandonaron, esta vez para ofrecer información sanitaria, social y jurídica a las mujeres que siguen ejerciendo. Son 10 ex prostitutas que acuden desde hace un, año a un curso de formación de agentes sociales en el Centro para la Reinserción de la Mujer Prostituida de la plaza del Ángel. Pretenden dar a conocer a sus ex compañeras unos servicios y unos derechos que gran parte de este colectivo ignora. "Y después, que se lo piensen".

Las 10 mujeres están animadas, aunque no saben muy bien cómo les van a recibir sus antiguas colegas. Todas ellas tienen de 21 a 34 años y un nivel cultural bajo, y más de la mitad son madres. Ahora que van a iniciarse en un nuevo cometido callejero, su principal temor tiene sexo masculino: las amenazas de los chulos.Entre ellas no hay unanimidad sobre la figura del proxeneta. Algunas matizan que entre los chulos hay de todo. Para otras está claro: son unos explotadores. Sara, con bastantes años de bagaje, es contundente: "Los macarras de esta zona céntrica de Madrid son todos parecidos y no van a aceptar que sus mujeres se planteen dejar la prostitución".

Bravuconadas

Las encargadas del centro de día de la plaza del Ángel, subvencionado por la Comunidad de Madrid y los ministerios de Educación y de Asuntos Sociales, conocen bien las llamadas telefónicas con intención amedrentadora. Rocío Nieto, coordinadora del local,. asegura: "Son frecuentes las amenazas de los chulos porque ven que si la mujer deja la calle se quedan sin unos ingresos sustanciosos".

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"Nosotras 'podemos hacer frente a esas bravuconadas, pero a veces la violencia se vuelve contra las propias mujeres", añade Nieto. La crónica de represalias, palizas y vejaciones es amplia. "Pero además, a veces, ellas mismas no consideran a esa persona su chulo porque es también su amante o porque les hace caso cuando enferman, y entonces minimizan la explotación a la que les somete", concluye.

Las 10 mujeres reconocen que antes del curso no tenían ni idea de muchas cuestiones, a pesar de tratarse de información básica para preservarse de males mayores en su antigua ocupación.,

"Hay quien pensaba que si haces el acto sexual de pie o si te lavas justo después del coito es imposible quedarse embarazada", asegura una de las más veteranas. "Y en la calle hay muchas prostitutas que no saben más que nosotras" explican.

El cursillo ha durado un año y se ha realizado con ayuda de las subvenciones que recibe la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida.

En dos clases semanales, los martes y los jueves, las alumnas reciben información sanitaria, psicológica y social. Se tratan temas tan diversos como las enfermedades venéreas, el cuidado de los hijos, los recursos sociales de las diferentes administraciones y las mejores formas para comunicar los conocimientos aprendidos.

Las nuevas monitoras esperan salir pronto a poner en práctica lo aprendido. Aunque de una forma informal ya lo hacen. En su tarea tienen una ventaja respecto a los trabajadores sociales formados en escuelas: conocen el percal. Ahora, ilusionadas, se alegran de ponerse a trabajar por la dignidad de ese colectivo que han dejado a la vuelta de la esquina.

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