La CE discute el recorte de los gastos presupuestarios

El Consejo de Ministros de los Doce avanzó ayer un poco más en la discusión de las perspectivas financieras para los próximos cinco años o Paquete Delors II. Un cuestionario repartido por la presidencia británica permitió definir las posiciones. Cuatro países (Grecia, Irlanda, España y Portugal), conocidos a estas alturas como los de la Cohesión, son los únicos defensores acérrimos de la creación de un Fondo del mismo nombre. Un sólo país, Reino Unido, defiende ante los otros 11 la integridad del llamado cheque británico o cantidad devuelta en concepto de Contribución excesiva a la CE. Casi todos, en cambio, están de acuerdo en moderar los gastos comunitarios tanto como sea posible. La idea de Delors -aplazar hasta 1999 los objetivos de aumento del gasto fijados para 1997- ha empezado a hacer camino.

El Consejo de Ministros de Economía entró ayer en matería. Todos los participantes dieron respuesta a un cuestionario distribuido por la presidencia semestral británica destinado a definir las posiciones sobre el plazo de vigencia del Paquete Delors II y sobre la actualización del cheque británico. La idea de Delors consiste en aplazar dos años el objetivo global de doblar el conjunto de fondos estructurales de la CE (Fondo de Cohesión incluido), alargando de cinco a siete años la duración del Paquete.

Sugerencia

La sugerencia ha sido bien aceptada por el Reino Unido, que ve en ella un sistema para evitar el crecimiento del gasto sin desairar los objetivos de cohesión. El Fondo de Cohesión saldrá, durante los primeros cinco años, del recorte del conjunto de los fondos estructurales, por lo que las regiones más pobres (llamadas de objetivo 1), receptoras de más de la mitad de los fondos, serán las principales perjudicadas por la rebaja.El alargamiento permitirá que el Fondo crezca de los actuales 10.000 millones de ecus (más de 1,4 billones de pesetas) previstos para cinco años hasta 15.000 millones (2.1 billones) para siete. Las escasas posibilidades de conseguir la moneda única en 1997 por parte del mínimo de siete Estados que cumplan con los criterios de convergencia, visto el comportamiento de la economía europea y del SME, proporciona una coartada más para alargar el Paquete hasta 1999, momento en que el paso a la moneda única será obligatorio.

Los cuatro países beneficiarios del Fondo atacaron la idea de los siete años y exigieron que se cumpla el objetivo de doblar los fondos a los cinco anos, es decir, en 1997. Los otros ocho socios se mostraron en cambio receptivos a los nuevos plazos.

En cuanto al "cheque británico", la presidencia británica preguntó sobre el propio coeficiente de cálculo. En términos generales se utiliza una fórmula que consiste en multiplicar la diferencía entre la contribución británica por IVA al presupuesto de la CE y su parte del gasto comunitario, por el coeficiente de 0,66. Esta fórmula fue acordada en la cumbre de Fontainebleau, gracias a los auspicios del presidente francés FranQois Mitterrand, y dio satisfacción a las airadas quejas de Margaret Thatcher, con su famosa frase: "I want my money back" (Quiero que me devuelvan mi dinero). Once países manifestaron su interés en rebajar su Importe y uno sólo, el Reino Unido, se manifestó partidario de mantenerlo tal como está.

En cuanto al conjunto del Paquete Delors II, los ministros empezaron a destilar escepticismo sobre las posibilidades de que la Cumbre de Edimburgo consiga cerrar los numerosos contenciosos abiertos. El secretario de Estado alemán, Horst Kohler, aseguró que no deseaba mantener eternamente con vida las ilusiones sobre el Paquete Delors II".